Los beneficios de la música con respecto a la salud comenzaron a estudiarse desde principios del siglo XX, en ese entonces se observó que mejoraba enfermedades como la ansiedad y depresión, además acortaba el tiempo de hospitalización; es así como profesionales de ramas tan variadas como la neurología, psicología y la medicina clínica se han interesado con la información proporcionada por investigaciones que llevan más de cien años.
Sin embargo ha sido hasta en los últimos diez años, que los beneficios de la música se han extendido mas allá de las enfermedades y de su aplicación en la medicina llevándonos hacia la investigación de la influencia de la música en el bienestar de aquellos que no están enfermos o incluso en los recién nacidos y en este sentido no es de extrañar que maestros, terapistas ocupacionales, fisiatras e incluso padres de familia intenten mantenerse informados para hacer uso de estos beneficios.
Tan amplia es la información que tenemos sobre la musicoterapia que se ha desarrollado la rama de “terapistas musicales”. Estos músico-terapeutas profesionales utilizan la música para obtener efectos positivos en las áreas psicológicas y corporales con la finalidad de ayudar a las personas que sufren de diferentes trastornos o incluso para prevenir el aparecimiento de ciertas dolencias.
En términos generales aprovechan las cuatro características de la música: melodía, armonía, métrica y ritmo; ya sea en forma individual o combinada, para enfocar la atención de individuos con la finalidad de mejorar el estado de ánimo o incluso tratar de controlar enfermedades tan variadas como cáncer, agitación, depresiones severas y discapacidades del aprendizaje.
Cuando la terapia musical se utiliza para tratar grupos, se ha visto que mejora la armonía y convivencia, sea esta en grupos pequeños (familias o parejas) como conjuntos de personas que se encuentran en situaciones similares (clínicas u hospitales). Se realizan estudios para utilizar la musicoterapia en comunidades para mejorar la coexistencia y los resultados parecen promisorios.
Aun cuando se ha demostrado que el cerebro de los músicos funciona en una forma mejor integrada y presenta un desempeño superior que la de aquellos que no tocan instrumentos musicales, no es necesario tener conocimientos especiales ni instrucción musical previa para poder obtener los beneficios que la música proporciona tanto en la prevención como en la modulación de la curación de algunas enfermedades.
La Federación Mundial para la Terapia Musical ha enfatizado que el uso frecuente de la música nos permite mejorar la comunicación, el aprendizaje, la movilidad y la expresión en general, además permite expresar mejor las necesidades emocionales, sociales y espirituales de las personas.
Como si esto fuera poco también retarda el deterioro cognitivo que acompaña al envejecimiento. Además debido a que la música trasciende el tiempo, lugar, lenguaje y cultura tampoco es necesario utilizar un tipo especial de melodías o canciones para gozar de sus beneficios. Basta con que tengamos la disposición adecuada para que nos dispongamos a obtener los beneficios de esta innovadora terapia.
*Médico y colaborador
de El Diario de Hoy.