La imaginación no tiene límites y muchas son las formas de interpretar una empresa, de ahí que para gestionarla y buscar nuevas alternativas de administración, siempre fue bueno pensar y desarrollar modelos que faciliten el entendimiento de las situaciones y las circunstancias, y cómo la dirección, el equipo gerencial y el personal debe reaccionar, para mantener la empresa a flote, ante cualquier complicación que se presente.
Para facilitar, entender, hacerlas inteligibles y acoplarse a las nuevas situaciones, ya definimos los principios básicos del modelo: “Gestión empresarial entre Piedras y Remolinos”…
Para mejor comprensión, imagine que la empresa, sus procesos y su personal son como un río que fluye por su cause de producción y crecimiento. Pero ningún cause es como quisiéramos, recto y plano para que nuestro río fluya suavemente y sin ningún tropiezo.
Ni el Rhin en Alemania, el Danubio en Austria, el Sena en París, el Thames en Londres, el Missisipi en Nueva Orleans, o el Amazonas en Brasil; ningún río, grande, mediano o pequeño, incluyendo los ríos salvadoreños y el Lempa, tiene solo tramos en los que fluye suave… Todos, todos tienen tramos donde el cause se estrecha, tiene desniveles, piedras y remolinos grandes y pequeños y aquí es donde se aplica el Modelo Gestión entre Piedras y Remolinos.
En todas las empresas se presentan tiempos con situaciones y circunstancias en que las variables externas son favorables y tiempos, por ejemplo el que vivimos actualmente, en que las mismas variables cambian repentinamente y la gestión debe adaptarse lo más rápido posible para sobrepasar a mayor velocidad, el tramo peligroso entre las piedras y los remolinos. Se trata de saber cuáles son las piedras grandes, medianas y pequeñas con las que podemos chocar y cuales son los remolinos que nos pueden ayudar e impulsarnos a sobrepasar el tramo complicado.
Las piedras son las amenazas y los remolinos las posibilidades que diferencian a la empresa por su lugar y posicionamiento estratégico, su forma de gestión, el talento e inteligencia industrial y comercial, su gente y la capacidad de la dirección y el equipo gerencial para convertir retos inmediatos en objetivos cuantificables y sobrepasarlos…
Pasada esa fase, como en la naturaleza, el agua después de haberse amoldado al tramo con piedras y remolinos, vuelve a su flujo normal, hasta el siguiente... Y así, incluso pueden haber cascadas, en las que haya que hacer gestiones nunca antes realizadas para crecer y ser más rentable…
Cualquier empresa que exista más de cinco años, rememorando su trayectoria, puede perfectamente determinar los tramos y tiempos de cauce fácil y los tramos de piedras y remolinos. Y seguramente con esta experiencia puede distinguir cuáles fueron las piedras que la pusieron en riesgo y cuáles los remolinos que aprovechó para evadir los peligros y continuar…
Como la mente es capaz de analizar situaciones y soluciones preventivas, siempre hay que proyectarse hacia adelante desde la dirección en la cúspide de la pirámide organizacional, que es desde donde hay más visibilidad en la distancia hacia delante, y preventivamente, determinar las piedras y los remolinos con que se encontrará la empresa, para asegurar las estrategias y tácticas para sobrepasar los siguientes tramos en su cause, entre piedras y remolinos.
Los entornos seguirán cambiando y lo mejor es saber qué haremos para sobrevivir y después seguir creciendo. Este modelo le puede ser útil.
*Columnista de El Diario de Hoy.
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