SANTA ANA. El clásico dejo un buen sabor de boca, con muchas emociones. Especialmente en el segundo tiempo. Al final, el sabor fue dulce para FAS que logró el pase a la semifinal, con mucho sufrimiento, al hacer valer su mejor ubicación en la tabla de posiciones sobre Águila, después de empatar los dos partidos: 0-0, en la ida, y 1-1, este domingo, en la vuelta.
Los santanecos se enfrentarán al Alianza, en la siguiente fase, la cual iniciarán como local. Aunque este lunes se confirmará si será en la tarde o haciendo un gran esfuerzo, por la noche.
Sobre este partido, pareció que reacción de Chalatenango, en Metapán, caló entre los tigrillos y emplumados, quienes ofrecieron un inicio de partido bastante calculador. No había mucho riesgo hacia adelante, mientras atrás tomaron muchas precauciones.
FAS hizo dos cambios en su equipo, en comparación al partido anterior, con las llegadas desde un inicio de Fernando Castillo y Rafael Burgos.
Osvaldo Escudero, técnico de Águila, presentó cuatro modificaciones en su equipo titular: Erick Villalobos, Wilson Rugamas, Odir Flores y David Rugamas fueron las novedades para este partido, donde mantuvo el esquema (4-4-1-1).
Los migueleños trataron de proponer, eran los obligados, pero el control de pelota era intrascendente, sin profundidad y con muchas imprecisiones, que les fueron pesando en defensa.
Rafael Burgos estuvo muy inquieto en punta, mientras lo apoyaron Guillermo Stradella y Castillo situados, junto a William Maldonado, en el nexo entre la media y el ataque.
En la primera, Fernando Castillo robó la pelota a Rodríguez, quien había dejado el centro de la zaga y en la desesperación por recuperar la posesión, terminó cometiendo una falta, entrando al área.
Maldonado pidió la pelota y convirtió el primer gol, con un tiro que llevó colocación y que engañó a Benji Villalobos, al cobrarlo al lado derecho (12’). Esto desató la alegría de los seguidores santanecos.
Una larga celebración, que se cortó de golpe, cuando en una jugada similar a la de los tigrillos, Águila también tuvo la oportunidad de anotar a través de los “doce pasos”. Marlon Trejo se animó a entrar al área, donde Moscoso lo derribó en el área.
Odir Flores se animó a cobrar el penalti. Lo quiso hacer con tanta clase, al estilo “Paneka”, pero el balón tomó tanta elevación que se fue sobre la portería (18’), mientras Coloca corría hacia su derecha, celebrando, al igual que todo el estadio, como una anotación a su favor, la falla del “Chino” Flores.
Una acción que significó un golpe anímico para los migueleños, impulso de motivación para los santanecos, quienes mejoraron y pasaron a ser, con una mínima diferencia, mejor que los migueleños, quienes perdieron comunicación colectiva.
Antes de que finalizara el primer tiempo, los tigrillos tuvieron dos buenas oportunidades para aumentar el marcador, con un tiro desviado de Burgos, una salvada de Trejo, casi de la línea de gol, ante el acecho del mismo delantero santaneco y después con un tiro de Castillo, que contuvo Villalobos.
Águila se acordó de llegar hasta en la última del primer tiempo y estuvo a punto de conseguir el empate. Sin embargo, se impuso el trabajo arbitral, donde el línea dos, Leoncio Portillo salvó al central Joel Chicas, quien había sancionado un penal, luego de que Umanzor recibiera falta dentro del área (45’).
Sin embargo, Chicas, al ver que Portillo mantenía la banderola arriba, cambió su decisión y decretó posición adelantada del migueleño que nadie protestó, mientras los aficionados locales ovacionaron el trabajo de los jueces.
Dientes apretados
Obligado a hacer dos goles, Escudero prescindió de Rugama, en la marca, para tener más alternativa con Marvin Ramos y pareció que la fórmula le dio resultado, porque el equipo tomó otra actitud para el segundo tiempo.
Una llegada, en la que Coloca se quedó con la pelota de rebote, fue el primer aviso, en el primer minuto, de que los emplumados lucharían hasta el final.
Esa reacción no tardó mucho, ya que en otra penetración por la izquierda, salió un centro pasado que recuperó Santos Ortiz y prolongó para que cerrara Víctor Garcia, por el segundo poste y diera vida a los migueleños (50’).
FAS cayó en nerviosismo después de esta anotación. Le costó encontrarse con las ideas y se vio sometido a la presión de Águila, a quien les faltó serenidad para definir o tratar de hacer otras jugadas con otras opción de llegada.
FAS estuvo más cerca de conseguir el segundo, que Águila. La desesperación pesó más en los migueleños, que ya no pudieron reaccionar con la misma intensidad. Así se sentenció este partido, que vale para que los santanecos regresen a una semifinal.