BOGOTÁ. Las fuerzas de seguridad de Venezuela abusaron sistemáticamente de los manifestantes opositores detenidos durante los meses de disturbios políticos que causaron docenas de víctimas mortales a principios de año, denunció ayer Human Rights Watch.
Algunas de las más de 5,000 personas detenidas fueron víctimas de golpizas, abusos sexuales o recibieron descargas eléctricas en lo que, según un reporte del grupo en defensa de los derechos humanos con sede en Nueva York, es un nivel de represión “nunca visto en Venezuela en la historia reciente”.
“Los abusos despiadados y generalizados contra opositores del gobierno de Venezuela, incluyendo atroces casos de tortura, y la absoluta impunidad de los atacantes sugiere una responsabilidad gubernamental al más alto nivel”, dijo José Miguel Vivanco, director para América de Human Rights Watch. “Estos no son casos aislados o excesos ocasionales de oficiales corruptos”.
Cientos de miles venezolanos tomaron las calles en abril después de que la Corte Suprema, controlada por el gobierno, despojó al Congreso, en manos de la oposición, de sus últimos poderes. Aunque el fallo fue rápidamente revertido ante el aluvión de críticas internacionales, las protestas casi diarias aumentaron contra el gobierno de Nicolás Maduro por la elevada tasa de criminalidad del país, la inflación desorbitada y la escasez de alimentos y medicinas.
Al menos 120 murieron durante los disturbios. Las protestas se disiparon tras la elección de una Asamblea Constituyente que gobierna con poderes casi ilimitados y está integrada solo por afines a Maduro.
Haciéndose eco de conclusiones previas del máximo responsable de derechos humanos de Naciones Unidas, el reporte es el más extenso hasta la fecha sobre las denuncias de abusos y torturas a los detenidos que circularon durante las manifestaciones antigubernamentales.
Aunque las dramáticas imágenes de policías y soldados cargando contra jóvenes se emitieron en todo el mundo, se sabe menos sobre las miles de personas que fueron arrestadas y lo que ocurrió con ellas durante su detención, lejos de los medios de comunicación y los supervisores de derechos humanos.
El gobierno de Maduro ha negado las denuncias de tortura y acusó a los manifestantes jóvenes de instigar la violencia para derrocar al presidente. Human Rights Watch no halló pruebas de que funcionarios de alto nivel evitaran las violaciones. -AP.