El Real Madrid empató 2-2 ante el Fuenlabrada, de Segunda División B, tercera categoría del fútbol español, y se clasificó para los octavos de final de la Copa del Rey gracias a la aparición de Gareth Bale.
El conjunto blanco jugó con fuego hasta la última media hora, momento en el que reapareció Bale después de dos meses ausente por lesión. La salida del galés al campo apagó un posible incendio y ayudó a Borja Mayoral a lucirse con un doblete que dio la vuelta al marcador tras el tanto de Luis Milla en la primera parte.
Se esperaba una noche plácida para el Real Madrid, con el regreso de Mateo Kovacic, de Keylor Navas y de Bale. Todos se habían perdido muchos partidos por lesión y tenían la opción de volver a jugar. Al final, de inicio, lo hicieron los dos primeros. También era el día para Marcos Llorente, Dani Ceballos, Theo Hernández y Borja Mayoral, que necesitaban reivindicarse para pedir más minutos.
Bale llegó al rescate justo cuando los pitos comenzaban a ser una sinfonía desagradable en el Bernabéu. Y Bale sentenció tras provocar el segundo de Mayoral, que recogió el rebote de un mano a mano del galés que salvó Freixanet. Quedaban veinte minutos para la conclusión del choque y el Real Madrid evitó gracias a la reaparición de Bale un sonrojo que podría haber sido de dimensiones históricas.
El Fuenlabrada consiguió su justicia poética con el tanto de Álvaro Portilla en el último instante y, aunque empató, fue el ganador moral. Jugó mejor, apretó desde la humildad al gigante y dejó una imagen inmejorable en una noche en la que Bale evitó un sofoco al madridismo.