Después de horas de tensión e incertidumbre que generaron muchas especulaciones, los primeros resultados oficiales de las elecciones presidenciales de Honduras daban al opositor Salvador Nasralla, de la izquierdista Alianza de Oposición contra la Dictadura, una ventaja de casi cinco puntos sobre el actual mandatario, Juan Orlando Hernández, del conservador Partido Nacional.
Con el 57% de las boletas escrutadas, Nasralla tenía un 45,17% de los votos frente al 40,21% de Hernandez, con una diferencia de más de 90.000 sufragios, según informó la madrugada del lunes el presidente el Tribunal Supremo Electoral, David Matamoros.
El anuncio de Matamoros, que se había comprometido a no dar datos hasta que no se tuviera una "muestra estable"?, era contrario a los datos que poco antes había ofrecido Hernández, que insistió en su victoria desde el cierre de las urnas y de madrugada dijo incluso que aventajaba a Nasralla en siete puntos.
La actitud del tribunal demostró lo ajustado de la contienda ante una situación crítica?, señaló el sociólogo Julio Navarro.
Primer boletín del Tribunal Supremo Electoral de Honduras le otorga la victoria a @SalvadorAlianza. La diferencia hace que el fraude sea prácticamente imposible.
Nasralla, nuevo Presidente de Honduras; Xiomara Castro, Vicepresidenta. pic.twitter.com/yn0ABxtx8L
— Katu Arkonada (@KatuArkonada) 27 de noviembre de 2017
Nasralla anunció su victoria a medianoche del domingo con un margen ligeramente menor que el reportado por el tribunal electoral porque, según dijo, el dato contemplaba casi el 70% del escrutinio.
"No hay manera de dar vuelta a este resultado"?, sentenció el candidato izquierdista. "Soy el nuevo presidente de Honduras (...) vencimos el fraude del gobierno".
Pese a la tendencia de voto de izquierdas, en el Congreso se imponía el Partido Nacional de Hernández, de acuerdo con datos también parciales.
Durante las horas en las que no hubo avances en el recuento se multiplicaron los llamados a la calma y varios observadores internacionales pidieron transparencia a las autoridades ya que, tras haber sufrido un golpe de Estado hace menos de una década, era necesario dar confianza en las instituciones.
Hernández, aliado de Estados Unidos, contaba con cierta popularidad debida sobre todo a una caída de la violencia en el empobrecido país centroamericano, cuyo índice de homicidios llegó a ser uno de los peores del mundo.
El mandatario ha utilizado a los militares para combatir la delincuencia, recibió elogios del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y advirtió que sus rivales llevarían a Honduras hacia una crisis similar a la de Venezuela.
Pero las acusaciones de corrupción han ensombrecido su gobierno. Un narcotraficantes acusó a su hermano en un juicio en Nueva York de haber recibido sobornos del crimen organizado y funcionarios de su gobierno se ha visto vinculados directa o indirectamente en la trama que llevó al asesinato de la prestigiosa ecologista Berta Cáceres el año pasado. AP