Buen plan de prosperidad, ¿suficiente para arraigo poblacional?

En El Salvador, fomentar la producción local significa accionar para evitar que continúen aumentando las migraciones ilegales, tanto de menores sin compañía de adultos, como jóvenes buscando mejores horizontes.

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13 February 2017

El panorama pinta como que continuará la masiva migración hacia los Estados Unidos de salvadoreños que no encuentran, en la tierra que los vio nacer, opciones más favorables a la adversidad de sus vidas.
 
Ante esa dramática realidad de millones de salvadoreños, es que los Gobiernos de los Estados Unidos y El Salvador hoy están verdaderamente comprometidos en alcanzar metas programáticas bajo un nuevo enfoque de cooperación. El objetivo: Lograr un crecimiento sostenible de la economía salvadoreña, superando las limitantes identificadas: inseguridad y baja productividad. El reto es mejorar el nivel de ingreso de las poblaciones vulnerables. Las autoridades estadounidenses están dedicadas a trabajar con las salvadoreñas para formar y construir comunidades salvadoreñas fuertes.

Considerando lo anterior, la cooperación del Plan de Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, tiene muy bien estructurados los lineamientos estratégicos de acción, con claros objetivos, como el dinamizar el sector productivo y crear oportunidades económicas; la promoción de sectores estratégicos y la atracción de inversiones; modernizar y expandir infraestructura y corredores logísticos.

Para tener éxito en el cumplimiento de estos lineamientos, generando condiciones de desarrollo que permitan el arraigo de la ciudadanía y que no emigren, es importante invertir en proyectos para mejorar los ingresos de los pequeños productores agropecuarios organizados en asociaciones, a través de la provisión de servicios de gestión empresarial, fortaleciendo su capacidad de gestión administrativa, productiva y de mercadeo.

Sin embargo, es una realidad que en el campo los jóvenes ya no están interesados en cultivar las tierras, la mayoría de personas dedicadas a las tareas agrícolas son de edades mayores a los 50 años. Existe una transición en la población agrícola a la cual hay que ponerle atención, y es que está envejeciendo, y sus hijos ven las tareas del campo como un trabajo de mucho esfuerzo físico, mal pagado. Han logrado un mayor nivel de escolaridad, lo cual es excelente, y perciben las tareas agrícolas tradicionales como un esfuerzo enorme con retorno muy pequeño al esfuerzo de él y su familia.

Este sector agropecuario enfrenta desafíos, como el incremento de costos de producción y la incertidumbre en la oferta laboral. Según el IV Censo Agropecuario, el 71 % de los productores tiene una edad promedio de 57 años y 8 de cada diez agricultores cosecha para alimentar a su familia, no para el mercado. Si le sobra, lo vende. Absurdo es el seguir promoviendo a esta agricultura de subsistencia con fines político-electorales. Estos índices dicen que si no existe una política apropiada de apoyo a este sector los rendimientos y los crecimientos de la producción de los últimos años no serán sostenibles a mediano plazo.

Al anterior cuadro se suma el hecho que la tenencia de la tierra en El Salvador está muy atomizada. Se estima que el 87 % de los productores cultivan 2 manzanas o menos, con este tamaño es difícil generar economías de escala competitivas. Estos productores trabajan el 61% del área total de tierras cultivadas.

El clamor que escucho del sector agropecuario es que se trabaje en serio políticas de Estado. Por ejemplo, enfocándose al uso de tierras ociosas con vocación agrícola; articulando actividades agropecuarias en función de las condiciones de suelo, agua, clima y la demanda del mercado; promoviendo inversión en infraestructura de riego y drenaje; creando un sistema integral de almacenamiento y logística de granos básicos; logrando producciones con mayor valor agregado; y fortaleciendo la asistencia técnica y transferencia tecnológica; entre otros.

En El Salvador, fomentar la producción local significa accionar para evitar que continúen aumentando las migraciones ilegales, tanto de menores sin compañía de adultos, como jóvenes buscando mejores horizontes.
 

* Columnista de El Diario de Hoy.
resmahan@hotmail.com