El presidente dimisionario de la Federación de Fútbol italiana (FIGC), Carlo Tavecchio, defendió hoy su trabajo y arremetió contra la presión política que, en su opinión, le ha obligado a dejar el cargo, tras el fracaso mundialista de la selección.
"Dimití. Y como mero acto político pedí al Consejo de la Federación que hiciera lo mismo. Nadie lo hizo, así que solo se ha producido mi dimisión. Creo que hemos llegado a un punto de especulación (política) que ha alcanzado límites imposibles", afirmó.
En una intervención muy tensa, Tavecchio mostró en varias ocasiones rabia y resentimiento hacia todo el entorno y subrayó que que había preparado un proyecto con una serie de propuestas para el futuro, entre las que incluía contratar a un gran seleccionador.
"Hablé con cuatro o cinco grandes entrenadores, pero están todos ocupados. Es falso que no vienen por Tavecchio. Yo hablé con todos", dijo, al negar que algunos técnicos hubieran rechazado el banquillo de la selección por su presencia en el cargo.