El martes pasado hicimos memoria y les asignamos emojis a principales sucesos 2016. Como el espacio se quedó corto, ¿qué les parece si le echamos cinco al piano y continuamos? Cierto, la música es el lenguaje de las almas. Con razón la avalancha de emojis de caritas tristes, por la muerte de Major Tom Bowie; del Príncipe Purple Rain; del ¡Queridaaa! Divo de Juárez y del Wake me Up, Before you Go Go. Carita con lágrimas por mi tío Julio, quien dio su último respiro, en la Santa Tecla que lo vio nacer, en la víspera de sus 83 años de nacido y 63 de casado.
La muerte 2016 también se llevó la vida terrenal de Superman Ali, quien volaba como mariposa y picaba como abeja. La del Profesor Jirafales, la de Nancy Just Say No! Reagan, la de cientos de miles de víctimas de guerras, terrorismo, y desastres naturales, y la de un promedio diario de 14 paisanos. Irónicamente, el próximo lunes celebramos 25 años de paz.
Just say yes, dijeron los californianos, nevadeños y bostonianos, y legalizaron el monte. Emoji con humo.
Emoji con lágrimas a la ruleta rusa de la Pachamama. La tierra tembló, y más muertes causó en Ecuador, Italia y Taiwán. Se congeló adonde se congela siempre, y Mathew sopló en Haití y Otto, por aquí.
Emoji de carita encachimbada, bien colorada, a los políticos cuscatlecos. Empezaron el año chupándole lo que le quedaba de vida al expresidente Flores (1999-2004). Resultó que la punta de esta venenosa lanza fue otro expresidente prófugo de la ley. Todos, menos los amigo$ de Mauricio, queremos verlo en la misma celda de Paco.
Siguieron y terminaron el año inventándose más impuestos para lubricar su Monopoly y pasar de la bancarrota a la dolce vita. Luego tiraron los dados y caen en Ordeñar las AFP, dejándolas con poca leche para los jubilados.
A todo esto, más muerte, más desempleo, más fuga de capital, más zika, más cierres de empresas, más huelgas y trabazones, más hermanos mojados, más endeudamiento, más odio, más parasitocracia, más ataques a la democracia.
A todo esto, menos seguridad, menos inversión, menos educación, menos salud, menos confianza en el prójimo, menos movimiento de inventario, menos paciencia de la ciudadanía.
Respiremos hondo. Dos añitos y piquito, y no más emoji de vergüenza para un presidente que mide el agua con kilowatts, y aunque no habla con los pajaritos, sí les pide a los inválidos que se levanten, y respeto respetuoso a los responsables de tremenda pornofiesta en un penal. Vergüenza, como la pena ajena que sentí cuando Maduro le pide al capo de la OEA que se meta su carta “por donde te quepa”. Busero tenía que ser.
Vergüenza también para la selecta primitiva, que no dio pie con bola y fuera de Rusia 2018. ¡Otran vex!
Alto a lo negativo. Empecemos el año con pie derecho, gracias a emojis de namasté, orgullo, alegría y risa.
Namasté por la unión familiar, porque los papis trabajan, porque los hijos se preparan.
Namasté por poder seguir nadando, pedaleando, corriendo y estirando músculos y esqueleto. Disciplinas que, practicadas con constancia y enfoque, me permitieron volar junto a mi hijo en Panamá, y me abrieron las puertas al campeonato mundial Ironman 70.3 en Australia.
Orgullo por el brillo del espíritu olímpico en Río. ¡Wow! por Simone Biles, al verla por los aires volar; ¡Wow! por Marcelo Acosta, al verlo 400 libres nadar.
Alegría porque el Pato Donald, a sus 82 años, sigue maravillando cipotes, y porque Jennifer Aniston fue declarada la mujer más bella del planeta, con el desacierto que la revista Playboy decidió no más desnudas. “Afigúrese usté”.
Afigúrese que el emoji de la risa cuscatleca 2016 se lo lleva la niña Lilian, por su puteada de corazón a los de la Anda; le siguen los peinados de Moisés Urbina y el nuevo look de la ‘ña Milagro. ¡Jua, jua, jua!
Risa, eres remedio infalible, bendición salvadoreña resumida en Jodidos, pero contentos (aunque no contentos de estar jodidos).
¿Qué tal si este 2017 mantenemos quieto al emoji de los nervios de punta? La receta es combinar mucha risa con mucho ejercicio. Si no funciona, metámole más.
¡Felijaño! (suenan corchos, cuetes y chiflidos).
*Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com