De los ciudadanos depende

En resumen, el FMLN está destruyendo El Salvador al destruir a sus mejores hijos, a los honrados, a los trabajadores, a los que aman a su patria.

descripción de la imagen

Por

13 January 2017

¡25 años desde la firma de la paz! Son los expertos en esos temas quienes deben dar su opinión, pero también los ciudadanos comunes y corrientes tenemos la propia. 

Por ejemplo, el tener hoy un FMLN aferrado al poder ¿es resultado de esos acuerdos? Y no digo “un FMLN en el gobierno”; eso sería positivo, solo significaría que estamos practicando la democracia, que quienes les votaron fueron “una cora más” que quienes les rechazamos. Pero el FMLN no gobierna, sino que desgobierna a fin de causar un caos que les permita disolver la Constitución y los poderes del estado, para convertirnos en otro de los míseros países del socialismo del siglo XXI, pero cumpliendo la meta efemelenista de ejercer el poder total.
¿Es por los acuerdos de paz o porque nos dejamos?

Analicémoslo mediante un término, acuñado por Ludwig Heinrich Edler von Mises: el destructivismo. Efectivamente, comprobamos que el FMLN, ahora “desgobernando”, ha escalado desde la guerrilla armada – antes del acuerdo de paz–  hasta las megaempresas Alba, basando sus triunfos en fomentar el odio de clases, como dignos discípulos de Fidel Castro, el Che Guevara, Chávez y Maduro. Han sido comunistas, leninistas, marxistas, socialistas, estatistas y populistas, para terminar siendo absolutamente destructivistas. Aunque ortográficamente el término correcto sería “destructores”, aquí debemos usar “destructivistas”, porque la destrucción es para ellos no solamente una táctica, sino parte esencial de su ideología para construir “el hombre nuevo”, robot descerebrado de esa sociedad manipulada y esclava a la cual quieren llevarnos. Y, para eso, primero deben destruir todo lo que somos.

 Ignoremos en este artículo la destrucción causada por el FMLN antes de los acuerdos de paz (ya reconstruida en gran parte por ARENA), un costo gigantesco del que ahora no quieren hacerse cargo. Hablemos solo de algunas cosas que el FMLN está destruyendo actualmente.

El FMLN ha destruido la amabilidad de los salvadoreños; mediante sembrar odio de clases permanentemente, ahora nos vemos con recelo entre compatriotas; hay una permanente crispación social que inició con malas miradas y ahora se ha convertido en inseguridad física, asesinatos y total irrespeto a la ley. Odio al que tiene un poquito más, aunque le haya costado varias generaciones de esfuerzo sostenido. Odio al que nos pasa por enfrente. Mientras no termine esa campaña de odio, no tendremos paz.

El FMLN ha destruido nuestra idiosincrasia de amor al trabajo: nos han convertido en pordioseros, queriéndolo todo regalado, creyéndonos con derecho a todo sin habérnoslo ganado.

El FMLN ha destruido la dignidad de nuestro pueblo, ese anhelo de superación que siempre tuvimos, la esperanza de ser mejores. Mediante prebendas nos ha hecho dependientes de ellos; con pésima educación nacional nos convierte en seres improductivos; sin salud nos hace débiles; imponiendo agendas de la izquierda radical nos mina nuestros valores, nos engaña para, con populismo y atentando contra nuestras instituciones, “ganar” elecciones que les faciliten hacerse del poder total.

En resumen, el FMLN está destruyendo El Salvador al destruir a sus mejores hijos, a los honrados, a los trabajadores, a los que aman a su patria.

Meditemos sobre el destruccionismo del FMLN. Analicémoslo, tomemos conciencia para que no nos manipulen. ¿Les permitiremos alcanzar sus deleznables metas, o finalmente les detendremos para no perder nuestra Patria y nuestra libertad?

¡Hagamos que ese evento de hace 25 años, valga la pena!


*Columnista de El Diario de Hoy.