Gerson. Me pica la curiosidad por saber el origen del nombre. Lo que se me ocurre es que su padre Gerardo, orgulloso de su primogénito, así lo bautizó, por ser “el hijo (son) de Gerardo”. Si mi padre Carlos (Calín) hubiese pensado igual, me llamaría Carson (Calinson).
El caso es que Gerson siempre sale a bailar en las reuniones de la primada Alfaro, pues uno de los 5 varones del tío Quique es igualito al ex ministro de Obras Públicas. Delgados pero con timbita, no más de 1.52, con muecas de que se las pueden todas, corbatas finas y, al igual que la gasolina, cada día más cara, a pesar de la fortuna invertida en preservar lo poco que les queda de cabello. Divertido ver cómo Martínez trata de controlar su peluquín con abundante Glostora, y Alfaro parece que se lo ha encolochado, para mejor lucir una inversión más alta que su carro del año.
Pero aquí vamos a hablar de Gerson el compañero, no de Gerson el primo financiero.
El Faro me iluminó sobre quién es Gerson Martínez, la segura apuesta del FMLN para no soltar la guayaba. “Dios guarde”, suena afligida la lorita Pepita.
Estudiante precoz. Originario de La Paz, en octavo grado, fue la chispa del Movimiento Estudiantil Revolucionario de Secundaria (MERS), instrumento de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) para convertir los colegios (Externado, Guadalupano) y universidades en sus cuarteles. Supongo chispa también del asesinato de mi padre (1977), quien les estorbaba por tratar de devolver el alma a la Mater Nacional.
Emprendedor de hueso colorado. Fundador de la Radio Farabundo Martí, brillante instrumento para animar a sus filas y girar instrucciones, como lo hicieron en la fracasada ofensiva de hace justo 28 años.
Político astuto. Inicia su carrera como diputado, parte de la histórica primer camada de legisladores FMLN (1994), y rápido se engancha como vice de la Asamblea; decide meter cuchara como concejal de la capital; busca pisto para su partido; mueve masas en las campañas de Funes y el Profe, y en reconocimiento por su efectividad, le cae el hueso (y huevo) del MOP (2009-2017).
Hambriento por más. Recién va tirando su hueso actual, por uno más jugoso. ¡21 cañonazos para Gerson Martínez Presidente de El Salvador y Comandante General de las Fuerzas Armadas! Se vale soñar.
Con peinado de prestamista (un lado de la cabeza prestándole cabello al otro), el candidato renuncia, vía Facebook live, bajo nutrida lluvia de auto flores. ¡6,400 obras! La misma casaca de una obra diaria de Nayib. ¡Para eso se les paga, señores!
Lástima que escarba túneles, pero no realiza los cuellos de botella en Luceiro y en la entrada a Santa Elena. Lástima que no tiene gusto, como lo evidencia la Michi de la Reconciliación y El Principito de Merliot. Lástima que bota nuestro pisto, como en las pasarelas fantasma, con todo y ascensor, del Masferrari.
Al enterarme de la noticia, solo pensé: “A engavetar la ampliación a 4 carriles, con todo y ciclovía, al Puerto”. Ojalá me equivoque pues YA NO PODEMOS DESCOMPRESIONAR en nuestras playas más cercanas, culpa de la trabazón. “No sean dundos y desen cuenta que el proyecto sin el bypass por La Libertad será un total fracaso”, advierte la lorita.
Ahora que las piezas Gerson y Nayib están en el tablero, lástima que la oposición no coloca las suyas, y parece no estar armando su estrategia del jaque mate que El Salvador necesita para no terminarse de hundir.
En diagonal, Nayib, el alfil de las redes sociales, cautivador del voto antipolítico, sobre todo juvenil. En el centro, el rey Gerson protegido por muchos peones, dueño de su voto colorado.
Ellos sí tienen una estrategia, cargada de hambre y chanchullo. Nayiliber, un falso predicador, sacándole raja a que le dieron in the neck, y soñando con devolverle la juventud a la Casona. Gerardo Son, un estudiante precoz, emprendedor de hueso colorado, político astuto movedor de masas y prestamista de La Paz, soñando con 21 cañonazos.
¿Cómo lo vamos a evitar? El Salvador debemos salvar; si en algo Carson puede ayudar, un email favor enviar.
*Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com