El 14 de noviembre de cada año se celebra el Día Internacional de la Diabetes. Este 2017, la Federación Internacional de Diabetes, organización que agrupa al menos 160 países, ha propuesto que se dé a conocer la situación en que viven las mujeres que sufren de diabetes, por lo que el lema será: “Mujeres y Diabetes: Nuestro derecho a un futuro saludable”.
En términos sencillos, la diabetes es una enfermedad del metabolismo de la glucosa, en la cual el paciente no es capaz de utilizar el azúcar de la dieta para poder convertirla en energía. Esto se debe a la deficiencia total o parcial de la hormona insulina, por lo que se convierte en una enfermedad controlable pero potencialmente mortal si no se le da la importancia y el tratamiento necesario.
En general, en El Salvador se estima que hay un total de al menos un millón de pacientes diabéticos y que al menos 10 de cada 100 podrían sufrir la enfermedad, la gran mayoría en edad productiva.
Se sabe que existen a nivel mundial al menos 200 millones de mujeres que viven actualmente con diabetes. Se teme que este número llegue a los 313 millones de mujeres para el año 2040.
Se estima que dos de cada tres mujeres no están enteradas que padecen de diabetes; sin embargo, este desconocimiento no evitará que tengan un riesgo elevado de sufrir enfermedades del riñón, ojos, pies y corazón a edades más tempranas que aquellas mujeres que no adolecen de diabetes. La diabetes se ha convertido en la novena causa de muerte en el mundo, por lo que al menos dos millones de mujeres mueren cada año como consecuencia directa o indirecta de la enfermedad.
Dos de cada cinco mujeres que sufren de diabetes se encuentran en edad reproductiva, por lo que la enfermedad puede alterar, anular o empeorar la posibilidad de que ellas puedan lograr un embarazo normal.
En uno de cada siete embarazos, las mujeres pueden presentar la diabetes. Esta se presenta en cualquier momento desde el inicio hasta el final del embarazo, es decir, que se produce una diabetes del tipo gestacional, que de no tratarse tiene el potencial de producir daño no solo a la madre sino que también al bebé por nacer.
Aun cuando las estadísticas parecen ominosas, éstas se vuelven necesarias para reconocer la susceptibilidad que las mujeres tienen de volverse diabéticas, así como la fragilidad en los tratamientos efectivos que se generan debido a los roles de género y a las dinámicas sociales que aún las discriminan para acceder a programas preventivos o para recibir tratamientos efectivos.
Es por estas razones que no solamente es necesario que se reconozcan las necesidades especiales que tienen las mujeres que adolecen de diabetes, sino que también es importante que se les proporcione a las mujeres que sufren de esta enfermedad los medios para que estén mejor informadas y educadas de las opciones que les permitirán tener un futuro saludable.
Solamente con políticas de prevención temprana y atención médica efectiva que puedan llegar a donde son realmente necesarios es que podemos pasar de celebrar el “Día de la Diabetes” a hacer realidad el lema: “Mujeres y Diabetes: El derecho a un futuro saludable”.
*Médico y colaborador
de El Diario de Hoy.