Si ha seguido lo que está sucediendo en Cataluña, sabrá que desde el 1 de octubre hasta la fecha se fueron a otras provincias españolas, “dos mil trescientas (2300) empresas”… Del sector financiero, industrial, vinícola, editoriales, tecnológicas, de seguros y de otros rubros… Incluso empresas grandes tradicionalmente catalanas, con nombres en Catalán y de familias catalanas.
Ya pasó todo, lo de la independencia no funcionó y los impulsores, unos están en prisión y el presidente y sus colaboradores, asilados en Bélgica.
En España los impuestos y tasas de las empresas se pagan en los lugares donde tienen sus oficinas centrales, es decir, con las empresas, también se fueron los impuestos a otras regiones como Madrid, Valencia, Alicante, la Rioja y otras, donde fueron bienvenidas.
¿Y por qué se fueron ? “Incertidumbre y perdida de clientes españoles”… ¡Don dinero es muy miedoso y al presentir riesgos se va!… Y hoy, no es cuestión de cargar camiones con baúles de billetes… Son transferencias electrónicas de pocos segundos..
Y que más… Pues según leo en los periódicos ABC y El País, van apareciendo cosas interesantes. Por ejemplo, la noticia en el ABC: “La Generalitat se gasta 82 millones de euros diarios y el 40 % se le va en sueldos”. Imagine la maquinaria burocrática pro independencia.
Es pura coincidencia con la “fábrica de empleos salvadoreña” que ha creado unos cincuenta mil puestos que aseguran alrededor de cuatrocientos mil votos de los empleados y sus parientes… Y así, en las obras de Fovial seguimos viendo pocos trabajando y muchos deambulando. Y los tantos gestores de tráfico que supuestamente debieran aliviar los embotellamientos, no se ven.
¿Y que otra cosa? Pues ha bajado en 15 % las reservas en los hoteles y el turismo se reorientó hacia otros lugares… Y después del referéndum el desempleo subió en Cataluña en unas cincuenta mil personas.
Como seguramente las empresas catalanas preferirán empleados catalanes, se incrementará más el desempleo de los extranjeros, legales e ilegales, y se reducirán las remesas, principalmente hacia África y algunos países suramericanos. Y no será pronto que lleguen nuevas inversiones.
¿Y aquí que ha pasado en los últimos 8 años?
Sería bueno saber cuántas empresas y cuánto dinero se fueron sigilosamente y los daños colaterales para el país... Conozco el caso de una multinacional que trasladó sus operaciones de Santa Elena a Panamá, dejo unas cincuenta personas sin empleo con sueldos de más de mil quinientos dólares y vacío el local que ocupaba. Y tal como en Cataluña, desde marzo, el gobierno salvadoreño ya no recibe esos impuestos.
Pero en lo que más nos parecemos es en los expresidentes exiliados con varias acusaciones y que ya el de Cataluña, dijo, que volverá solo si le garantizan un juicio justo y que tiene claro que puede ir a prisión… Y también nos parecemos, en el crecimiento galopante del desempleo y que tanta gente diariamente se está yendo como sea y a donde sea.
También interesaría saber cuánto gasta aquí el gobierno en salarios y cuánto nos cuesta la “fabrica de empleos”. Pues al final, en los próximos 20 años seremos los mismos quienes pagaremos el endeudamiento del gobierno, incluyendo los 4,000 millones de más deuda que solicitó esta semana.
¡Los cambios bruscos y retrógrados siempre ahuyentan la inversión y generan retroceso!
*Columnista de El Diario de Hoy.
pedroroque@metodopr.com