Analizando el entorno…

Mi mejor deseo para los “inteligentes y los inteligentes listos” es que se potencien más y para los “listos y listos que quieren parecer inteligentes” que por su bien y el de su entorno, se reconviertan.

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21 January 2017

En nuestro entorno y cada uno tiene el suyo y, además, cada uno pertenecemos a diferentes entornos, existen alrededor de veinte personas a las que conocemos y nos conocen, con quienes intercambiamos ideas, conversaciones y mensajes electrónicos. Con unos cinco, entre hombres y mujeres, tenemos más confianza, les estimamos y nos estiman, y de estos, uno o dos o quizás tres, son los que podemos llamar amigos, y con frecuencia lo somos desde hace mucho tiempo, y para los que ya pasamos los setenta, desde hace más de cincuenta años…

Pues si hace una lista y los clasifica, encontrará los siguientes cuatro tipos: Personas inteligentes, personas listas, personas inteligentes y listas, y personas listas que quieren parecer inteligentes.

Los “inteligentes” son aquellos que frente a un problema o condición que se quiere mejorar son capaces de analizar la situación y junto con uno la encuentran o reflexionan y aceptan las mejores soluciones ganar-ganar…

Los “listos” se caracterizan porque frente a la misma situación preparan, por su parte, una solución que les beneficia más a ellos y encuentran argumentos para convencerle de la conveniencia y que la acepte, y en principio la solución que le vendieron no está contaminada con mala intención.

Luego están los “inteligentes listos”, estos normalmente son personas que proponen soluciones excepcionales con muchas ventajas para ambas partes, son ocurrentes y saben explotar muy bien las situaciones, sus propuestas son inmediatamente aceptables y no generan problemas ocultos que al final deterioran la calidad y la productividad de la idea. Y por último estas los “listos que quieren parecer inteligentes”.
Son los que copian las ideas en su concepción y la aplican causando problemas que aparentemente son insignificantes o argumentan que no tiene importancia, hasta que poco a poco se convierten en serios problemas; y la ventaja que aparentemente tenía la idea copiada, produce más costos y dificultades adicionales que los que había antes…

En un ejercicio de autocrítica se puede uno mismo autoclasificar según sus actitudes, motivaciones y acciones a cuál de los cuatro tipos de persona pertenece, y es bueno que sepan que a los inteligentes y a los inteligentes listos la gente de su alrededor los aprecia, los respeta y los admira… Y a los listos y listos que quieren parecer inteligentes, la gente, aunque les sonría y les haga caso, en realidad les tienen miedo y en su interior los rechazan. Lo mejor, según esta clasificación, es ser “inteligente y listo”, pues además de ser admirado y respetado, lo normal es que tengan éxito en su trabajo independiente del nivel de la organización que se desempeñen…

Pero si usted al autoclasificarse se distingue por sus actitudes, motivaciones y conductas como “listo que quiere parecer inteligente”, quizás con empezar a descontaminar sus propuestas de intenciones extrañas sea un buen inicio para poco a pos reconvertirse en inteligente y listo, pues como la gente es observadora e inteligente, se estará dando cuenta que lo aceptan por educación o el poder que ejerce, pero no es admirado por las cosas que hace y cómo las hace… ¿Se puede cambiar? Definitivamente... Mi mejor deseo para los “inteligentes y los inteligentes listos” es que se potencien más y para los “listos y listos que quieren parecer inteligentes” que por su bien y el de su entorno, se reconviertan.

*Columnista de El Diario de Hoy.
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