Fundación Meza Ayau apuesta por la innovación social

Expertos nacionales e internacionales discutieron las diferentes formas en las que la tecnología y las buenas ideas pueden ayudar a resolver los problemas nacionales.

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Por Karen Molina

09 November 2017

¿Cree usted que la tecnología puede ayudar a mejorar la vida de las personas en El Salvador? ¿Podrá resolver problemas como el tráfico, los problemas de salud y las carencias en el sistema educativo?

Estos fueron algunos de los temas que se tocaron ayer en el 4o. Foro Informándonos, organizado por la Fundación Rafael Meza Ayau, que esta vez se enfocó en discutir la innovación y la tecnología para el impacto social.

Para explicarlo, la Fundación invitó a diversos expertos nacionales y extranjeros que ya están usando la tecnología y sus ideas innovadoras al servicio de sus países y del mundo entero.

“Estamos viviendo la cuarta revolución industrial, la revolución tecnológica, una etapa de mucha esperanza”, señaló Federico Rivas, fundador de la empresa Estadio en El Salvador y moderador de todo el evento.

Pero ¿estamos sumándonos a esta revolución en El Salvador? Aunque hoy día tenemos mucho acceso a la tecnología, el país todavía tiene mucho que trabajar para utilizar estas herramientas al servicio de los intereses sociales.

Y no se necesita un Steve Jobs o un Elon Musk en el país para pensar que estamos innovando.

Mario Morales, fundador de Innovare en Costa Rica, contó que en América Latina ya hay muchas personas que están haciendo proyectos innovadores que podrían salvar vidas o mejorar su calidad de vida.

Y no hay que ir muy lejos. En Bolivia, el médico Franz Freudenthal inventó un pequeño aparato con el que opera a niños con problemas de cardiopatía, todo en cinco minutos y con una recuperación muy rápida.

En Guatemala está el joven Luis von Ahn, quien es fundador de Duolingo, una aplicación para aprender idiomas con total facilidad.

Además creó Captcha y Recaptcha, dos sistemas para identificar que quien está abriendo un programa, un correo o alguna página en Internet no es un robot. Y así, muchísimos ejemplos que mostraron lo útil que son las tecnologías cuando se ponen al servicio de los demás.

La innovación social también se está aplicando en México, a través de una nueva forma de estudiar. Patricio Bichara es fundador de Collective Academy, una nueva universidad, que no es en línea, pero que quiere romper con el esquema tradicional de la enseñanza en otras universidades. Su objetivo es enseñar en negocios y tecnología de una forma diferente.

Bichara explicó que esta metodología de enseñanza se está aplicando ya en México y que pronto abrirán en Monterrey. Su idea es abrir en otras ciudades de Latinoamérica.

Lo mismo está haciendo Singularity University en Estados Unidos.

Brett Schilke destacó todos los avances que la tecnología está dando al mundo y lo mucho que está logrando en términos de democratización. Sin embargo, afirmó que todavía es necesario humanizarla más para cerrar las brechas de desigualdad que existen en todos los países.

Una de esas brechas sigue siendo el acceso a financiamiento. Ahí entra Cumplo, una plataforma tecnológica creada por el chileno Nicolás Shea, quien pretende ser una especie de Airbnb (una plataforma para intercambiar alquiler de casas o habitaciones), pero esta vez con el dinero.

Shea asegura que Cumplo acerca a los inversionistas con las pequeñas empresas para encontrar financiamiento y desarrollar sus empresas.

La innovación al servicio social también se explota en El Salvador. El francés Roland Despinoy lidera un plan piloto para desarrollar el sello “Fair Programming” en el que las empresas que desarrollan tecnología puedan incluir en su equipo el talento de jóvenes en zonas de riesgo o en zonas vulnerables.

Lo mismo ocurre en Colombia y México, donde empresas como Fabrilab y Unima están desarrollando tecnología que genera valor agregado a la sociedad.