El expresentador de televisión Jorge Hernández fue capturado junto a su contador bajo la acusación de haber lavado más de ocho millones de dólares en complicidad con el expresidente Saca.
El Fiscal General explicó que las operaciones de lavado de dinero se realizaron durante la presidencia de Saca (2004-2009) y considera que siguieron en el régimen de Funes (2009-2014).
Ya Probidad había determinado que Hernández le entregaba mensualmente trece mil dólares a Funes de un negocio sin mayor movimiento ni ingresos.
La Fiscalía ha divulgado fotografías de la residencia de Hernández, de las que los salvadoreños pueden sacar sus propias conclusiones y que recuerdan cómo también Funes pasó de vivir en pequeñas casas alquiladas a palacetes.
La mención de Funes en estos procesos incomoda al oficialismo, lo cual explica los ataques que dirigentes efemelenistas y sus medios afines han dirigido contra el Fiscal en los últimos días.
La corrupción es un engendro del prevaricato, de jueces que por mucho tiempo no han perseguido a los corruptos por conveniencia o presiones políticas o por miedo.
Ese es el caso de ciudades o países donde grupos de fuerza impiden que haya una debida administración de justicia presionando, ignorando o simplemente coaccionando a jueces, jefes policiales, autoridades diversas.
Corromper jueces y jefes de policía es el recurso de las mafias en muchos lugares del mundo, como ha salido a luz en la lucha de la sociedad italiana contra las mafias y que le ha costado la vida a muchos jueces e investigadores, como el magistrado Falcone, asesinado con su esposa en Sicilia.
Toda persona decente está expuesta a sufrir los peores atropellos
En nuestro suelo las cosas han llegado a tal extremo de burla, que abiertamente se intenta tapar a los corruptos de un lado del espectro político al mismo tiempo que se hacen toda clase de aspavientos y burdas maniobras cuando se trata de gente que estuvo ligada a la oposición.
Analistas políticos en los programas de televisión han comentado que la misma detención de Antonio Saca en la boda de un hijo suyo fue un atropello innecesario y burdo, mientras que otros casos van a paso de tortuga.
En la aplicación de la ley en forma imparcial El Salvador parece ponerse a la zaga del resto de los países centroamericanos, lo que es una muy grave amenaza a su desarrollo y su estabilidad institucional o lo que queda de ella.
Y pasa, como ya dijimos, debajo de las augustas y dignas narices de magistrados, jueces, cuerpo de abogados, secretarios de juzgados, etc., que no acaban de entender que lo que sucede les va a relegar a ser figuras sin futuro, sin funciones reales, sin defensa cuando todo se desmorone.
Con una sistema débil y que puede prestarse a fabricar testigos, toda persona decente en este país esta expuesta a los peores atropellos.
Cuando hay imparcialidad en los jueces la corrupción termina por autoeliminarse, como está sucediendo en Arabia Saudita, que de un día a otro ha encarcelado a príncipes y personas ligadas al reino, incluyendo a uno de los más exitosos inversores del mundo, que ha ido a parar con sus huesos a las cárceles reales.