Eficaces primeros días de Administración Trump

Tal vez hasta hoy no se ha visto a un presidente norteamericano con este estilo de gestión, un estilo al cual nadie está familiarizado.

descripción de la imagen

Por

30 January 2017

Hace doce días, Donald Trump se convirtió en el cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos. Para Trump, como lo fue para todos los que le precedieron en la Oficina Oval, lo que dijo hasta ese momento el candidato, consistía en promesas. Él no tenía poder, por lo que únicamente se podía esperar su análisis de lo que está mal con el país y lo que ofrecía para resolverlo al llegar a la Casa Blanca.

A partir del 20 de enero su discurso cambió, de lo que hará, a lo que está haciendo. Los presidentes no dejan de prometer, pero estas promesas se vuelven más vacías con el tiempo entre menos se correspondan con algún grado de logro de promesas anteriores.

Si prestamos atención a los medios, podríamos tener la impresión de que el equipo de transición y ahora la Administración Trump, están en completo desorden. Pero la realidad es totalmente distinta, aterrizaron la transición en más de 30 Departamentos de la Administración y han creado un “documento de aterrizaje” para cada uno. La analogía utilizada es que este proceso es como planear y ejecutar una invasión.

Se ha conocido que los planes para los Departamentos cuentan con detalles exactos en cuanto qué órdenes ejecutivas tendrían que ser removidas y agregadas, qué personal tendría que ser reemplazado, qué políticas tendrían que ser cambiadas, y así por el estilo, firmes para adelante.

Se estima que hay mucha gente de varios “think tanks” y otro tanto con experiencia en transición presidencial, los que estuvieron involucrados en dirigir el plan para cada Departamento de la Administración. Ese nivel de elaboración de una planificación tan detallada no es posible hacerla en menos de dos meses. Existen conjeturas de que se ha estado pensando y trabajando por años.

El estilo de gestión de Donald Trump va a volver locos a los medios de comunicación y, sin duda, a gran parte del país y del mundo. Trump ha de tener gente en su equipo compitiendo para darle la información que necesita. En sus organizaciones  empresariales Trump establece la visión y luego contrata a personas para ejecutar esa visión. Y luego vuelve a hacer lo que le hemos visto hacer tan bien, que es crear  marcas con imagen.

Ha llevado a Washington gente para ejecutar su visión y él va a esperar que lo hagan. Va a intervenir cuando piense que es necesario o cuando pueda agregar algo al proceso, pero  prestará sobre todo su atención al desempeño del equipo.

Una evaluación de su gestión sugiere que en los primeros seis meses va a haber una rotación de personal mayor a lo habitual. Los medios sin duda escribirán sobre cómo Trump no puede mantener a la gente, el caos en la Casa Blanca y en otras partes de la Administración; pero desde la perspectiva de Trump, y dado su estilo de gestión, eso no es malo en términos de su objetivo a más largo plazo, que es cambiar las cosas.

Por ejemplo, todos en la nueva Administración y el Congreso están de acuerdo en que habrá una importante reforma tributaria. Ahí es donde termina el acuerdo, porque no hay absolutamente ningún consenso sobre lo que realmente debe ser la reforma.

Tal vez hasta hoy no se ha visto a un  presidente norteamericano con este estilo de gestión, un estilo al cual nadie está familiarizado. Estoy seguro que a muchos les va a incomodar, hasta que se acostumbren a él. Algunos nunca lo harán.

Pero recordemos que la presidencia de Estados Unidos solo puede hacer algunas cosas de forma unilateral. El Congreso y la Corte Suprema son unos enormes contrapesos. 
 

*Columnista de El Diario de Hoy.
resmahan@hotmail.com