La Fiesta de Todos los Santos

Todos estamos llamados a ser santos, a todos nos anima el llamado original de “…sed perfectos, como perfecto es el Padre Celestial”. Cada quien, en su trabajo, en su familia; cada uno, con sus habilidades, con su propia responsabilidad.

descripción de la imagen

Por Elizabeth Castro

03 November 2017

Las organizaciones actuales, al menos aquellas que son exitosas o las que aspiran a serlo, se toman muy en serio elaborar regularmente lo que en el argot técnico se conoce como la Planificación Estratégica: qué es lo que quiere conseguir la organización en los próximos años. (Recuerdo que en este país tuvimos una Secretaría de Planificación Estratégica, que algún equipo presidencial, imagino que obedeciendo a principios neoliberales de adelgazamiento del estado y liberación de controles para el mercado, se encargó de suprimir. Ese partido debería ahora pedirnos disculpas a todos los ciudadanos vista la falta que nos ha hecho desde entonces).

Para conseguirla, se embarcan en reflexiones sesudas y profundas, pero prácticas (si se hace en serio, el proceso no debería tomar más de un mes), acerca de lo que hacen, para qué lo hacen y cómo lo hacen (la “misión” que incluye los valores de la organización); hasta dónde quieren llegar o qué es lo que quieren llegar a ser (la “visión”). Una vez hecho esto, los jerarcas organizacionales y sus gurúes determinan las metas que desean conseguir y la manera como habrán de hacerlo. Por eso se habla de estrategia: un cambio organizado con metas definidas. Obvio, un sincero proceso de evaluación institucional que identifique debilidades y fortalezas es indispensable, así como una inteligente evaluación de las amenazas y oportunidades que ofrece el entorno.

No conozco un estudio sobre la Iglesia Católica desde el punto de vista de la administración que hace de los millones de personas que constituimos sus recursos humanos, sin embargo, estoy seguro que debe existir. De una organización transnacional tan grande, tan longeva, tan poderosa, tan estructurada y tan funcional como la Iglesia, que podría promocionarse como la mayor organización de ayuda en el mundo que lleva alivio y consuelo a los más necesitados, grandes lecciones deben poder derivarse de su funcionamiento. Dentro de la Iglesia, y confiriendo dinamismos especiales a ésta, se encuentran las Prelaturas, las órdenes y congregaciones religiosas, los Movimientos, cada instancia con su identidad y carisma, con sus peculiaridades y énfasis, pero enderezadas todas hacia el mismo objetivo común y obedeciendo todas sin chistar al mismo jerarca (bueno, hasta donde sabemos. Pero de nuevo, sabemos muy poco de esto).

Probablemente la Iglesia Católica, Apostólica y Romana tal como la conocemos, sea la institución humana más longeva, solo después de la familia y los reinos o los imperios. ¿Cuál será la fecha que usara formalmente la organización para promocionarse (por ejemplo, el lema estampado al pie de página de su papelería para seguir con el símil organizacional “sirviéndole con calidad desde…”): el nacimiento de nuestro Señor, cuando Él, ya en su tercera decena de años, se dirigió a Pedro para decirle que sobre esa piedra edificaría su iglesia, la Última Cena cuando se instituye el Sacramento de nuestra fe, el primer Concilio de Nicea?

Dése un paseíto por internet y encontrará datos interesantes, ¿cuándo no? Vea este link, por ejemplo:https://marcianosmx.com/10-empresas-mas-antiguas-en-funcionamiento/. Presenta las empresas más longevas aún en funcionamiento como la constructora japonesa KongoGumi, que está operando desde el año 578; el hotel cerca de las fuentes termales en la prefectura de Nishiyama, siempre en Japón, desde el año 705; el restaurante St. Peter Stiftskeller, en Salzburgo, Austria desde el año 803; el Sean’s Bar, un pub en Irlanda desde el año 900. (¡Vaya! hotel, restaurante, bar: algo nos quiere decir sobre la humanidad). Otro blog interesante se enfoca a presentar las características que los son comunes a las empresas más longevas y que aún funcionan (https://www.cesarpiqueras.com/secretos-de-las-empresas-mas-longevas/). Señala 4, a saber: a) un fuerte sentimiento de identidad y cohesión, b) adaptabilidad al entorno, c) estar abiertos a nuevas ideas y d) conservadurismo financiero.

De estos cuatro, me parece que solo el primero explica la perdurabilidad de la iglesia: el sentimiento de cohesión e identidad. Es con celebraciones como la de Todos los Santos, que se ocupa de mantener vivo entre sus fieles ese sentido de cohesión: todos estamos llamados a ser santos, a todos nos anima el llamado original de “…sed perfectos, como perfecto es el Padre Celestial”. Cada quien, en su trabajo, en su familia; cada uno, con sus habilidades, con su propia responsabilidad. Todos juntos caminamos como hermanos, como familia, para lograr un mundo mejor: aquí y en el más allá. Como fue en el principio, ahora y siempre, per saecula saeculorum.

*Psicólogo y colaborador

de El Diario de Hoy.