¿Pensaba Fidel Castro que terminaría en el infierno?

Fidel Castro ya compareció al juicio de Dios y solo Dios puede haberle dictado sentencia.

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10 December 2016

La doctrina de la Iglesia Católica manda no desearle a nadie, ni siquiera al peor enemigo, la condenación infernal eterna, porque Jesús vino al mundo a salvarnos a todos. Él es nuestro supremo Juez: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, (en el infierno) sino que tenga vida eterna (en el cielo)” (S. Juan 3, 16). 

Pero entonces ¿quiénes van al infierno? Dios nos da libertad indicándonos el camino del bien a seguir, fundamentado en simplemente profesar sus mandamientos, sus enseñanzas. Los que fallamos estos, sabemos que perderemos el cielo prometido.

El fundador de los Heraldos del Evangelio, el profesor Plinio Corrêa de Oliveira, aclaró enfáticamente en entrevista de un diario brasileño una sencilla verdad, -que todos deberíamos meditar pues moriremos un día-, cuando el entrevistador le hizo una pregunta inesperada: ¿Quiénes se van al infierno? Él respondió escuetamente: “Se van los que se quieren ir”.

Fidel Castro ya compareció al juicio de Dios y solo Dios puede haberle dictado sentencia. Pero usando la llana lógica podemos especular. En entrevista de Jean-Luc Mano, director de informaciones del France, “Paris Match”, 29-10-1994, Fidel Castro (blasfemando contra el Cielo) profetizando su destino eterno, dijo: “Usted sabe, yo iré al infierno, y sé que el calor ahí será insoportable, pero será menos doloroso que haber esperado tanto ese Cielo que nunca cumplió sus promesas... Y al llegar encontraré a Marx, Engels, Lenin. Y también lo encontraré a usted, porque los capitalistas también van al infierno”. 

¿Presentía Fidel su condenación y no le importaba? ¿Era uno de los demonios que vagan por el mundo haciendo el mal? En declaración pronunciada en la Universidad de La Habana, podría encontrarse la respuesta: “No caeremos en el error histórico de sembrar el camino de mártires cristianos, pues bien sabemos que fue el martirio lo que dio fuerza a la Iglesia Católica: Nosotros haremos apóstatas, miles de apóstatas”. Y combatió así la Iglesia llevando sistemática persecución desde siempre. Trabajar por la apostasía de los cristianos, lo convirtió en una prefigura del Anticristo.

No debe desecharse la posibilidad que el déspota Fidel aludiera públicamente a su condenación eterna como burlesca payasada. Pero su vida criminal no da para bromas de esa calidad. Fue notoria su carrera de agitador comunista en Iberoamérica, tratando de implantar dictaduras sembrando réplicas suyas a sangre y fuego en toda América Latina. Todo ese rastro de muerte y terror que llegó igualmente a nuestra patria ¿qué juicio habrá merecido del Sumo y Eterno Juez?

Descaradamente, Lula da Silva calificó al más monstruoso tirano dictador de América Latina como ¡luchador contra “las dictaduras” del hemisferio! Y los comunistas Maduro, Correa, Ortega y Sánchez Cerén con sus voces en coro lo adularon como valiente ejemplo a seguir. No obstante, voces discrepantes surgieron rebatiendo esos artificios: Andrés Oppenheimer comentarista de CNN: “Los jefes de Estado de Canadá, México y otros países han hecho el ridículo al elogiar los falsos logros de un dictador que destruyó la economía de su país y ejecutó a miles. Castro fue todo menos un valiente. ¡Fue un cobarde!”.

Carlos Tubino, congresista peruano, “el sátrapa Fidel Castro, gran violador de los derechos humanos, escapó a la justicia del mundo, pero no a la de Dios”.
 
Mi opinión con estos.


*Columnista de El Diario de Hoy.