Antonio Saca, Elmer Charlaix, César Funes y Julio Rank comparten la misma celda, comen la misma comida que el resto de la población reclusa y visten el uniforme blanco como todos los reclusos considerados no peligrosos.
Cada uno busca ocuparse en actividades dentro del penal, según sus defensores. Saca pone todo su empeño en estudiar el proceso judicial en su contra para ayudar a plantear la estrategia de defensa.
Mientras que Charlaix imparte clases de inglés y Rank aprende a tocar la guitarra.
Así pasan los días para el expresidente y sus seis excolaboradores, según dos de sus defensores. Para ellos no hay privilegio alguno en el centro penal La Esperanza, conocido como Mariona, aseguran, y que la única diferencia con el resto de la población reclusa, es que ellos están apartados de los reos peligrosos.
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Todos están recluidos en las mismas condiciones en las que se encuentra el resto en Mariona, agregan los defensores.
Se alimentan de la misma comida que todos los reclusos, no tienen televisor ni mucho menos gozan de aire acondicionado, la única diferencia es que están aislados de los sectores considerados de alta peligrosidad para no exponer en riesgo la vida del expresidente y sus exfuncionarios, dicen los defensores.
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El sector nueve en Mariona, donde están recluidos, fue remodelado para poder recluir a estas siete personas.
A Saca se le permite recibir su tratamiento médico para su diabetes, enfermedad que padece desde antes de ser Presidente, según su defensor Mario Machado.
“Andan todos con el uniforme (blanco), comen la comida de privados de libertad y las visitas y los abogados tienen similares controles”, dijo Machado para desmentir que su cliente tiene privilegios.
En el sistema penitenciario, los reclusos visten dos colores de uniformes: los de blanco son los reclusos que no representan peligrosidad y los de color anaranjado para los más peligrosos.
El Diario de Hoy solicitó a Centros Penales que permitiera constatar las condiciones en que Saca y sus excolaboradores se encuentran, pero al cierre de esta nota no había respondido.
El sector nueve está habilitado de 11 bartolinas en un espacio de 38 metros de largo. Cada celda tendrá unos dos metros de largo y dos de ancho.
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El defensor de Saca explicó que entre 5:00 y 5:30 a.m. les abren la celda para que puedan salir a caminar al corredor. Luego se bañan antes de desayunar. Ellos solo se relacionan con los reclusos de la fase de confianza.
“El señor Saca ha bajado unos 25 libras desde su llegada a Mariona. Trata de mantener su estado anímico buscando realizar actividades dentro del penal”, relata el abogado Machado.
Agrega que “se han acomodado a la vida dentro del penal, pero eso no quiere decir que estén contentos de estar ahí, porque es bien complicado para cualquier persona que pierde su libertad”.
Lisandro Quintanilla, defensor de Rank, sostiene que los seis imputados están sometidos al régimen penitenciario como cualquier otro recluso.
“Ellos andan uniformados de blanco como todos los demás. No hay ningún privilegio para ellos y la única circunstancia diferente a todos los demás, es que si se veló por la seguridad del expresidente y su grupo, eso nada más”, aduce Quintanilla.