¿Es la universidad para todos?

¡Educación básica para todos! ¡Bachillerato general y técnico para todos! Pero la universidad ¡solo para quienes se la ganen!

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16 December 2016

El mes de diciembre es interesante. Lamentablemente, también es estresante por esa ansiogénica costumbre nuestra de dejar todo para última hora. (Para mi sorpresa, acabo de descubrir que la palabra ansiogénica -provocadora de ansiedad- es propia de la jerga profesional y no está aceptada todavía por la RAE). Es el último mes del año por pura convención humana. Esto nos obliga a un montón de ajetreos, razonables unos, sin sentido muchos otros. Nos ahorraría muchas angustias tener claro que se acaba el año, no la vida. ¡La vida! Esa sí que nunca avisa cuando habrá de hacerlo. 

Nuestra miopía es la única responsable de que tengamos que andar a las carreras estos días para terminar, con el año, muchas cosas que pudimos haber previsto meses antes. Procrastinación es la palabra que –esta sí aceptada por la RAE- significa diferir o “dejar para mañana lo que podríamos hacer hoy”. Estamos hablando del hábito más pernicioso del que padecemos muchos salvadoreños. (-¿Y las salvadoreñas no la padecen, preguntará alguna de ellas? - Con toda seguridad también, ya estaba dicho con el gentilicio, le respondería la RAE). La palabreja la encontrará en los manuales técnicos para ayudar a disminuir la ansiedad. Yo la identifico con demasiada frecuencia en los estudiantes de todos los niveles con quienes tengo contacto, desde primaria hasta los de posgrado universitario. Al punto que he llegado a acuñar mi frase: “el mejor ansiolítico para un estudiante es el estudio programado y regular”. Con todo respeto, les digo que ni el Espíritu Santo les ayudará tanto como estudiar regularmente.

Es una constante en todas las universidades en las que he colaborado: a menos que se les exija, muchos estudiantes estudian casi solo para final del ciclo, cuando tienen exámenes finales. ¡Algunas he encontrado que no lo hacen ni para entonces! Resultado: reprobada. Lo que no deja de ser un alivio: reprobar a alguien que demuestra no saber nada de lo que se le evalúa es menos duro que reprobar a quien parece saber algo. Reprueba de todas formas, pero al docente le queda un mal sabor de boca. 

En estos tiempos de ajustes y prioridades que se nos vienen encima, deberíamos darle pensamiento serio a la pregunta con la que encabezo este artículo. Seguro que provocará debates. Si en cambio preguntara ¿es el ballet para todos? O más fácil ¿es el fútbol para todos? Las respuestas no serían tan difíciles de formular: - No, el ballet es solo para quienes lo practican en serio: bailar en puntas o ejecutar bien un “pas de bourrée” o un “grand jeté” no es para todos. - Bueno, fútbol cualquiera juega, pero para los equipos de primera, solo algunos darán el ancho. Ni hablar de la selección: allí solo la crema y nata, quienes se lo hayan ganado realmente. ¿Por qué tiene que ser distinto para la educación? ¿Para qué dilapidar fondos familiares o estatales en quienes, por una razón o por otra, no están determinados a estudiar? 

Solemos creer que estudiar es fácil, que cualquiera lo puede hacer. ¡No! estudiar es tan difícil como ejecutar con estilo un “grand jeté” o hacer la “culebrita macheteada” para sacarse una marca. Las tres requieren disciplina.

Más disciplina requiere aún la educación virtual. El presidente Sánchez Cerén inauguró hace meses, con decidido apoyo financiero y técnico internacional, pero sin mucho bombo ni platillos de su gobierno “la universidad virtual”. Creo que podría llegar a ser una buena solución para el problema del acceso, pero si, y solo si se cumplen otros muchos requisitos, tanto desde la parte docente como desde el estudiantado. Siendo su propia promesa y habiendo el Señor Presidente estudiado para docente como lo dice en su biografía creí que sería su promesa consentida. Por lo visto, creo que me equivoqué, como se equivocaron cientos de maestros cuando pensaron que la educación gozaría de atención privilegiada durante este gobierno. 

El próximo año será un año de recortes. Tendremos que empezar a pensar ¡todos! en aquellas cosas que deberíamos empezar a reservar solo para quienes se las ganen. ¡Educación básica para todos! ¡Bachillerato general y técnico para todos! Pero la universidad ¡solo para quienes se la ganen!

*Sicólogo y colaborador y El Diario de Hoy