¿Y qué celebras tú en la Navidad?

Navidad es la fiesta de cumpleaños de Jesús, donde se le compran regalos a todos menos al niño que se festeja. Donde se hace una fiesta y no se invita al homenajeado.

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17 December 2016

En Navidad para todo creyente, se celebra un hecho, no una fecha. Tal hecho es el nacimiento de Jesús y este evento es absolutamente decisivo en la historia de la humanidad para alcanzar su salvación. Así se lee en las profecías de Isaías: “Porque un niño nos ha nacido; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre” (Is. 9, 5) y en (Jn. 8, 12) Jesús dijo, “Yo soy la luz del mundo” .

Pero la Navidad es una fiesta que está bajo gigantesco ataque en estos últimos tiempos. En Estados Unidos está literalmente prohibido decir “Feliz Navidad”, por ¡¡“respeto”!! hacia la religión musulmana (esto según el gobierno actual estadounidense). Santa Claus ha tomado el lugar de Jesús y el centro comercial ha tomado el lugar del templo. Qué triste que antes de Navidad los estacionamientos de las iglesias estén casi vacíos y en los centros comerciales sea imposible encontrar un lugar dónde estacionar. Y dice Dios: “Allí donde está tu tesoro, está tu corazón” (Mat. 6,21). Entonces: ¿Dónde está tu corazón? ¿En un centro comercial? Y cuando te lleguen las inevitables penas y tribulaciones a tu vida, ¿vas a buscar consuelo en los centros comerciales? 

Navidad es la fiesta de cumpleaños de Jesús, donde se le compran regalos a todos menos al niño que se festeja. Donde se hace una fiesta y no se invita al homenajeado, donde –tristemente hoy– se trata de evitar mencionar el nombre del Niño Jesús.

No obstante, nosotros los cristianos no celebramos fechas sino hechos. Nosotros celebramos el hecho del nacimiento de Dios Hijo. Este es el verdadero sentido de la Navidad, cuyo centro es Jesús y no un evento comercial o una fiesta pagana: “Cuiden de ustedes mismos, no sea que la vida depravada y borracheras, o las preocupaciones de este mundo, los vuelvan torpes y caiga sobre ustedes de improviso” (Lc. 21,34).

Sin embargo aún hay esperanza porque muchos líderes mundiales están volviendo sus ojos a Dios y así, sirvan sus conversiones para salvar al mundo ante el descalabro moral universal. 

Aquí un ejemplo: 
Hace algunos meses vimos a la Canciller de Alemania, Ángela Mérkel, en la inauguración del túnel “San Gotardo” en Suiza, que fuera celebrado con un satánico ritual que duró unas dos-tres horas y aunque ella se veía muy complacida y se rumora pertenecer al Club Bilderberg donde grandes potentados de la economía, de poderosos gobernantes mundiales y de la realeza y sectas –como la masonería y los Illuminati– planifican el Nuevo Orden Mundial terreno, se dice también que es hija de un pastor protestante, por lo que, obviamente, sus raíces religiosas la han llevado a reconocer recientemente que solo existe una respuesta a lo que sucede en Europa... ¡Dios! Ella dijo: “Los europeos deberían tener el valor de volver a la Iglesia. Mis compatriotas deben ir más a menudo a la Iglesia y conocer más la Biblia”.

Debemos ser conscientes de que hubo un día en el que Dios hecho hombre llegó a nuestras vidas, las cuales deben estar listas para seguir su luz. Este hecho fue de tal magnitud que todo el cielo lo celebró: “De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel y alababan a Dios con estas palabras: ‘‘Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres’ ” .

*Columnista de El Diario de Hoy.