Sin pistas sobre asesino de joven embarazada

Su novio, con quien fue vista por última vez, está desaparecido.

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Amigos de la profesional adornaron el féretro con arreglos de felicitaciones por el cumpleaños. Foto EDH / Óscar Iraheta

Por Óscar Iraheta

23 October 2017

En el cumpleaños de Lilian Beatriz Méndez Ramírez no hubo regalos ni felicitaciones, solo recuerdos y alabanzas a Dios por su eterno descanso. Ayer la licenciada en comunicaciones y estudiante de una maestría, cumpliría 27 años de edad.

El cadáver de Lilian Beatríz fue localizado el sábado en la mañana en Olocuilta, La Paz.

La joven, con ocho meses de embarazo, fue estrangulada y luego su cadáver lanzado en orilla de la carretera. La víctima tenía lesiones en el cuello y un golpe en la cara.

Lilian quedó sin padre y madre cuando era una bebé. Se crió con su abuelo y una tía. Le dieron estudio y buenos principios y ya adolescente la llevaron a la iglesia del Tabernáculo Bautista de Santiago Texacuangos, donde actualmente se congregaba.

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Ella estaba muy entusiasmada por su bebé, la semana pasada preparó su habitación, había comprado una cuna, un ropero y mucha ropa. Era su primogénito y le llamaría Emmanuel en honor a la bendición que Dios le había dado en la vida, según parientes.

Los médicos la habían programado a que diera luz en los últimos días de octubre o la primera semana de noviembre. Su hijo estaba sano y ya estaba en la posición para nacer, según la última ultrasonografía. Todo estaba listo para que Emmanuel naciera.

“Cuando Lilian era pequeña me ayudaba a ordenar la ropa de mi hijo que estaba a punto de nacer. Ahora que ella sería madre, yo había soñado hacer lo mismo con el niñito que iba a tener. Pero la mataron sin piedad”, expresa entre lágrimas una tía de la profesional.

Lilian se graduó con excelentes calificaciones de la universidad. Era buena alumna y siempre logró los primeros lugares. Desde antes de salir embarazada, estaba sacando una maestría y estudiaba inglés.

Trabajaba desde hace meses en un call center, donde conoció al padre del bebé, con quién tuvo problemas en su relación durante el embarazo, según sus vecinos. “Él nunca vino a la casa, sólo lo hacía en las noches cuando venía a dejar a Lilian. Ella un día me contó que su pareja no quería darle el apellido al niño, eso la tenía un poco desanimada”, relataron.

De acuerdo a las primeras investigaciones, Beatríz había publicdo en Facebook que sufría de violencia intrafamiliar, pero no lo denunció a las autoridades. Su familia dice que nunca supieron de eso, ya “que ella era muy reservada”.

El día que la hallaron muerta, parientes relataron que el novio le pidió que abortara.

La noche del viernes, cuando salía de trabajar, Lilian le avisó a su abuelo “que ya iban para la casa” con su novio, pero no llegó. Desde ahí inició el calvario para la familia.

Sus parientes tenían la esperanza de que la profesional estuviera en el hospital de Maternidad o en otro hospital dando a luz. No fue así, a las 8: 30 de la mañana del sábado recibieron una llamada alertando que la joven estaba muerta en la autopista a Comalapa.

Hasta ayer el padre del bebé de Lilian no apareció, los parientes de la joven dicen que no responde las llamadas y que la noche de la desaparición de la joven él estaba conectado al chat de Facebook.

Su ausencia y los problemas que tenían entre pareja, hacen creer a los investigadores y la familia que él tenga información sobre el crimen.