76 muertos en 72 horas

Mientras el gabinete y el presidente sigan generando políticas con visos de las nuevas elecciones, no se harán los cambios que corresponden, no se reconocerán errores y mucho menos se cambiarán las políticas.

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Por Elizabeth Castro

21 October 2017

Setenta y seis muertos en setenta y dos horas, en cualquier parte del mundo civilizado los funcionarios encargados de la seguridad ponen su renuncia, porque evidentemente no han logrado controlar en casi 3 años de gestión la delincuencia. En cambio en El Salvador lo que se da es una rotación de plazas, al final los funcionarios que han fracasado no asumen su responsabilidad; al contrario, son recompensados siendo trasladado a otros cargos.

Es lamentable que nuestro presidente, lejos de reconocer junto a su gabinete el evidente fracaso de su política de seguridad, se empeña en defenderla de manera “tozuda”; parece que no logra comprender que su lectura errónea de sacar tanques y soldados no logró disuadir a los delincuentes, porque de nada sirve ver semejantes armatostes con soldados con pasamontañas en zonas como Santa Elena, cuando deberían estar en Soyapango o la Tutunichapa haciendo operaciones de cateo diarias.

Actualmente están haciendo redadas de hasta 100 personas las cuales al final salen, una buena parte en 72 horas y otro grupo grande a los 6 meses, parece que piensan que mostrarnos capturas nos hará sentir en el imaginario que hacen su trabajo y que están ganando.

Lo cierto es que no están ganando la batalla, menos les creemos con ese parte policial de 76 muertos, nueve pandilleros, cuatro colaboradores de pandilla... solo les falta poner ¡“yeii vamos ganando”!

Salen inaugurando oficinas que al final nos dan la impresión de que no están funcionando; se la pasan los altos mandos en esos actos, pero la delincuencia no suelta a la población, los mismos sectores siguen siendo presa de la pandillas, la gente en esos territorios —donde la autoridad la ejercen 24/7 los pandilleros— está a merced de ellos, a pesar de que a un par de cuadras tengan una tanqueta —sin munición— que solo están sirviendo para la foto y para dar la imagen de que hay seguridad y control, lo cual no hay.

Seguir insistiendo en que son municipios puntuales y específicos, francamente no ayuda, porque todos sabemos qué territorios son, es decir no nos están dando información privilegiada, ¡la magia es que controlen los lugares!... no que nos digan cuáles son.

Tan triste es la falta de control territorial de nuestras autoridades, que hasta los bancos comerciales tienen zonificado el territorio: si un usuario quiere solicitar un préstamo, aunque tenga capacidad de pago, si vive en una zona donde el control lo ejercen los pandilleros, el crédito se le deniega automáticamente.

Tampoco se trata de decir que los derechos humanos les estorban para hacer su trabajo. Ese es el peor discurso que nos pueden dar, porque en un Estado de Derecho se debe respetar la institucionalidad, el debido proceso y por supuestos todas las garantías constitucionales; si un funcionario no puede hacerlo, es él, el mal funcionario, no hay vuelta de hoja. Sentirse atacado y reaccionar así ante investigaciones de periodistas donde se les señala con pruebas que están actuando fuera de la ley debe servir para autocrítica y corregir, jamás puede ser esto utilizado para amenazar a los comunicadores; es lo peor que se puede hacer en un Estado de Derecho, ya pasamos los estadios donde se perseguía y amenazaba a alguien por criticar o investigar irregularidades.

Mientras el gabinete y el presidente sigan generando políticas con visos de las nuevas elecciones, no se harán los cambios que corresponden, no se reconocerán errores y mucho menos se cambiarán las políticas y menos a los funcionarios.

Estamos en un país donde se sale a la calle con el “Jesús en la boca”, se ruega por volver vivo y con políticos que creen hacen un gran aporte a la seguridad del país, al guardar un minuto de silencio por los muertos semanales.

Dejen de pensar en las elecciones, dejen de perseguir periodistas, guarden las tanquetas o llévenlas donde de verdad asustan, no las pongan a la vista de los ciudadanos que sabemos que son meros “tetuntes” decorativos, empiecen a disputar el control territorial 24/7 que tanta falta hace en sus planes de seguridad.

*Bessy Ríos

Defensora de Derechos Humanos.