María Antonieta Josa de Parada tiene que clara la importancia de que la Corte Suprema cuente en 2018 con una Sala de lo Constitucional igual o mejor que la funge ahora.
Por ello la presidenta del Consejo Nacional de la Judicatura le apuesta a filtrar suficientemente las listas de abogados postulantes para ocupar cinco plazas en el máximo tribunal, cuatro de ellas en la Sal de lo Constitucional, la cual tutela o protege los derechos más esenciales de los salvadoreños.
En entrevista con El Diario de Hoy, Josa de Parada revela que los postulantes se someterán a exámenes orales públicos, que podrán ser verificados por los medios de comunicación y que no constarán de preguntas obvias o consabidas como en el pasado, sino de casos específicos que demuestren la capacidad del interesado.
Eso sí, advierte que así como el CNJ y el gremio de abogados -que celebrará votaciones-- harán un esfuerzo por postular a sus 30 mejores cartas, la Asamblea debe elegir a tiempo a los magistrados, antes del 1 de julio, para que la Sala de lo Constitucional no quede desintegrada y esto se preste para abusos, arbitrariedades e injusticias.
¿Cómo va a hacer el Consejo Nacional de la Judicatura para garantizar que se elija una Sala de lo Constitucional igual o mejor que la que tenemos?
Este proceso inicia formalmente con la publicación de alrededor de 12,300 profesionales, el 2 de octubre pasado, para que ellos en su momento presenten la documentación que nos permita no solamente acreditar de forma transparente y pública el proceso, sino también hacer una entrevista a la que el postulante deberá someterse. Los parámetros de selección están determinados en la Constitución: la competencia y la moralidad notorias y la idoneidad.
¿Cómo elegir a los mejores entre ese universo tan grande?
Es grande, pero son 12,000 que cumplen los requisitos formales.
¿El siguiente paso, después de la publicación de los 12,000 abogados aptos, es una especie de depuración o que ellos se acerquen para exponer su intención de participar?
Vamos a tener una nueva publicación para invitar a que presenten todos los atestados que nos van a acreditar grados académicos, conocimientos jurídicos, experiencia docente, especializaciones académicas y trayectoria profesional.
¿Serían sometidos a entrevistas?
Una entrevista pública. El pleno del Consejo Nacional de la Judicatura estará recibiendo todas las entrevistas de los postulantes que pasen el filtro. De hecho esa entrevista ya se hizo en el proceso anterior, en 2015, pero a través del manual hemos elaborado unos indicadores para que la entrevista nos arroje elementos en relación de cómo es la persona.
Es una entrevista que tiene ponderación y va teniendo criterios específicos de evaluación de esas personas.
¿Les van a preguntar sobre casos específico?
Serían supuestos de casos, cómo resolverían, la coherencia de su pensamiento con relación a la adecuación de su pensamiento a la parte jurídica y de cómo ellos van a exponer sus decisiones.
Cuando dice público, ¿qué significa?
Que está abierto a los medios de comunicación. Eso estaría programado como en enero o febrero de 2018, porque a finales de marzo tendríamos que estar mandando la lista ya consolidada de los 15 candidatos que elige el CNJ, más los 15 que van de la FEDAES (Federación de Abogados de El Salvador). Aquí ya hay que tomar en cuenta que esa segunda publicación que hacemos es el banderillazo de salida para las elecciones que se siguen a través del gremio de abogados.
¿Ese filtro cómo garantiza también que no haya alguna clase de amiguismo de parte de miembros del Consejo y de las asociaciones de abogados?
Le puedo garantizar como presidenta del Concejo que el manual y los criterios de evaluación, que son indicadores, no permitirá que haya amiguismos. En todo caso, la sociedad civil es la que realmente controla, por eso es importante que la sociedad civil esté atenta para presentar una recusación con relación a uno o varios miembros del Consejo.
¿Cómo define usted este procedimiento que se está siguiendo y cuáles son las expectativas del Consejo?
Las expectativas son, primero, generar credibilidad en el proceso como tal, porque hemos dado muestras de transparentar no solamente este, sino la mayoría de los procesos con las dos judicaturas especializadas, que ya las hemos hecho públicas. La escogitación de aquellos profesionales que van a integrar la nómina de los 15 que se enviarán por parte del CNJ está basada en criterios objetivos de selección. Es un reto porque pueden haber presiones de los medios, la sociedad civil y de la sociedad civil y los intereses de todo tipo.
Me voy a adelantar en el tiempo: ustedes cumplen con su trabajo y presentan las listas, pero hay un temor grande de que la Asamblea no elija a tiempo a los nuevos magistrados, ¿qué piensan hacer ustedes al respecto?
Nosotros en ese caso cumplimos con mandar en tiempo, pero lo único que podría hacer, y esto me lo tomo quizá hasta como un abuso como ciudadana, un llamado a que nosotros, específicamente hemos vivido lo nefasto que resulta el tener acéfala a una institución, y en este caso a una Sala, por todo lo que implican las funciones sustantivas. Desde mi punto de vista ellos deben cumplir con la elección en tiempo, es un deber. En nuestro caso pasó un año la institución acéfala, las organizaciones civiles presentaron hasta un recurso pero quizá fue lo único que hizo presión.
¿Cómo hacer para que la gente que sea electa tenga esa visión política y filosófica para conducir la Corte?
Eso que usted está describiendo se denomina vocación judicial, pero al servicio de la población. El problema es que se ha olvidado que los jueces son delegados del pueblo. Esa percepción filosófica no es otra cosa que la administración de justicia en el ámbito de la jurisdicción como tal.
¿Cómo hacer para que la filosofía de los magistrados vaya más allá de las Salas, para que piensen en el país?
Es parte de eso, de poder identificar a las personas que no solamente estén preparadas académicamente, porque no podemos dejar de lado esos requisitos, pero también un elemento que es trascendente, que es la moralidad, la honestidad, el demostrar ser probo, hacia la población.