Esta no es tu radio…

Con solo presionar un botón, los radioescuchas podemos escoger la que más nos guste y, si resulta aburrida, impertinente, tonta, con música horrible o si ponen muchos comerciales, cambiarla en un instante.

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30 September 2016

Creo que no hay nada mejor para ejemplificar cómo funciona la competencia entre las empresas que la radio y la televisión. Aunque es evidente que no cualquiera es capaz de instalar una estación de radio o de televisión, entre las que están ya constituidas la lucha por atrapar a los clientes debe ser intensa y permanente. Con solo presionar un botón, los radioescuchas o televidentes podemos escoger la que más nos guste y, si resulta aburrida, impertinente, tonta, con música horrible o si ponen muchos comerciales, cambiarla en un instante.

La competencia, por lo tanto, es desenfrenada (sin moderación y con violencia, según la RAE). Con los vientos que ahora soplan, no solo se trata de conseguir y difundir buena música (nuestros adolescentes antes que arriesgarse a escuchar una radioemisora prefieren escuchar su propia “playlist” en la que “han bajado” sus canciones favoritas). Se trata también de idear programas novedosos y conseguir buenos conductores para los mismos. Además cada vez se escucha menos la radio. Me atrevo a sugerir una hipótesis para tesis de estudiantes de Mercadotecnia: en la actualidad, las personas escuchamos radio solamente mientras vamos conduciendo nuestro automóvil por las atascadas y deterioradas calles de nuestras ciudades. 

Quienes durante la década de los setentas constituíamos una muy pujante nueva generación, nos acostumbramos a seguir a la ahora cincuentona Radio Femenina, “la radio de la nueva generación”, que enfrentó competencia solo hasta que don Tono Alfaro, aquel hombre querido, digno, elegante y emprendedor, ejemplo de caballerosidad y anfitrión estupendo, quien vivió y gozó la vida como interpretando siempre el adagio latino carpe diem, inició la Radio Mil Ochenta, “La pantera de la juventud”. Recuerdo que durante un tiempo nos ocasionaba sentimientos encontrados escuchar “La Femenina” pues jugábamos en “Los Panteras mil ochenta”, el equipo de básquetbol que patrocinó, regalándonos unos uniformes negriblancos de la mejor calidad.

La Femenina ha sido cantera para varios de los mejores locutores y DJ que ha conocido el país, nombro a ninguno para que no se ofenda alguno y porque durante un buen rato no pude escucharla, de tal suerte que sería un recuento seguramente injusto. Pero si quiere reconocerlos, escuche “la F” para cada aniversario que celebran pues se juntan en cabina los primeros, ya no tan de la nueva generación, con los actuales y nos hacen pasar gratos momentos. Desde luego imagino que ellos y ellas (acá sí con propiedad) se la pasan mejor.

Personalmente, agradezco a Rafael Domínguez, quien entonces era Director de la radio y padecía de mal de amores, la oportunidad que me diera para constatar directamente el poder de la radio. Me buscó para un programa de línea abierta donde la gente nos llamaba para comentarnos sus problemas. “Sin tapujos” lo llamó, le buscó un estupendo fondo musical y lo programó después del consentido “Las once del once”. El programa se difundía los días jueves de las diez a las doce de la noche. Luego del segundo mes, terminábamos siempre muy pasada la media noche, pues me quedaba atendiendo llamadas que ya no sacábamos al aire.

Si usted sintoniza actualmente” La Femenina” se encontrará con la muy grata, responsable y ciudadana campaña ESTA NO ES TU RADIO… Como decía al principio, con la despiadada competencia que hay entre las emisoras radiales, que una de ellas identifique claramente aquellos que no deben escucharla, es digno de admiración. Me dan ganas de copiar las frases que identifican a quienes no quieren que sean sus radioescuchas, pero entonces le quitaría parte del gusto a ustedes, mis queridos lectores. Denme crédito y escuchen un día de estos “la F”.
Les sugiero el turno de la tarde, conducido por un jovial y estupendo locutor, de acento marcadamente mexicano, que denota, por los comentarios personales que espontánea y recurrentemente expresa, muy buenos principios, lecturas variadas, horas y horas de escuchar música atentamente y prácticas de vida más que respetables. Buen fichaje ese. 

Así, mientras todas las demás siguen en la competencia cerrada, queriendo atrapar radioescuchas, “La F” quiere deshacerse de todos aquellos que roban, no respetan, se meten donde no caben, tienen “poca madre”, como dicen por algún país del norte. Por eso es que la Radio de la nueva generación, Radio Femenina, merece todos mis respetos con su nueva campaña ESTA NO ES TU RADIO. Por suerte, puede seguir siendo la mía.

*Psicólogo y colaborador de El Diario de Hoy