Inmovilidad voluntaria

Pues a ver quién será el Ungido que con valentía y coherencia dinamice esta “inmovilidad voluntaria política” que cada día hunde un poco más al país.

descripción de la imagen

Por

08 October 2016

Cuando alguien se queda inmóvil por alguna enfermedad, su inmovilidad es “involuntaria”… Pero esta semana descubrí la “inmovilidad voluntaria”… Si usted manejando entra en algún polígono industrial lo entenderá…

Ya observé en otros artículos cómo en los polígonos industriales, por ejemplo el Plan de la Laguna, los transportistas se adueñaron de las calles y sin ningún cuidado e irrespetando el reglamento de tránsito, dejan los contenedores aparcados a la orilla de las calles, sin importarles si estorban o cierran el paso, y una calle de tres carriles anchos, se queda en solo uno…

Pues este miércoles al salir de un invernadero, pasando por un “túnel” entre varios tráileres mal aparcados, de súbito salió de una empresa un carro que entró en el poco espacio que había sin considerar si cabía o no, pero logró pasar raspando el mío… No, sin embargo, el que venía detrás de mí que le dificultaba la salida… En eso, un microbús de los que van a la “sálvense quien pueda” entró por delante en este canal de tráileres y me cerró el paso a mí y detrás de él un siguiente vehículo… Así de pronto estaba yo encerrado con dos vehículos por detrás y dos por delante y todo se quedó inmóvil porque ningún motorista quería retroceder...

Ni el CAM, ni los gestores de tránsito, ni la PNC, ni la policía de tránsito estaban por ahí… Nadie quiso moverse un par de metros hacia atrás… Después de diez minutos de esta “inmovilidad voluntaria” me bajé para pedirle a un señor que estaba detrás del microbús que retrocediera y ni siquiera bajo el vidrio, luego fui donde la señora que inició este embrollo y le pedí que avanzara su carro un metro hacia delante, para que el microbús adelantara un metro y después yo poder salir y liberar el poco espacio entre los dos tráileres... Total, “todos perdimos” casi 20 minutos, más el enfado y la frustración por estas actitudes necias, tozudas y egoístas, que se niegan a dar un paso atrás y quieren que sea el otro el que retroceda…

Es la misma “inmovilidad voluntaria”, en la que está El Salvador con el desarrollo económico, la creación de puestos de trabajo y el crecimiento del PIB, que parece será como máximo el del año pasado, cuando en realidad necesitamos que sea por lo menos tres veces mayor…

Y todo por el “maldito pisto”, me dijo un señor jubilado, que para ganar unos dólares porque la pensión no le alcanza, lava carros…

Bueno, le respondí, el maldito no es el dinero… En realidad, es bendito, cuando uno se lo gana trabajando honradamente como usted lavando carros… 

Los malos son quienes se adueñan de los impuestos, no los cuidan, los malgastan en cosas superfluas y luego no tienen para pagar lo que les mandan las leyes que ellos mismos crearon, sin haber previsto de dónde saldría el dinero…

Y así estamos, inmóviles en las negociaciones políticas, sin ceder en reducir gastos y transparentar la función púbica…

Pues a ver quién será el Ungido que con valentía y coherencia dinamice esta “inmovilidad voluntaria política” que cada día hunde un poco más al país… Y Dios quiera que venga pronto, antes de que el país profundice en la insolvencia, en la que según los economistas, ya cayó.


*Columnista de El Diario de Hoy.
www.centrodecalidadyproductividad.com