Viajen, magistrados, a Cuba a ver cómo prospera la abogacía

Con muchas de sus actitudes, sus fallos, sus apoyos políticos, su abierta simpatía por los socialistas del Siglo XXI, algunos magistrados y funcionarios del aparato de justicia del país están serruchando la rama del árbol donde están sentados.

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Por Mirna Navarrete

28 September 2017

En la próxima reunión de Corte Plena los honorables magistrados harían bien en designar una comisión para que viaje a Cuba a entrevistarse con los miembros de la Sala de lo Constitucional, de la Asociación de Abogados, de la Asociación de Jueces e inclusive con grupos de tinterillos, litigantes, secretarios de juzgados, de todos los que tengan que ver con la administración de justicia en esa República Popular Castrista y etcétera.

Lo que encontrarán es que todas esas instituciones propias de una democracia simplemente no existen en Cuba, donde es el comisario del distrito quien dispensa castigos y dirime conflictos, que van desde meter en la cárcel a alguien que anda hablando más de la cuenta, volcar frente a su humildísima vivienda toneladas de basura, quitarle el trabajo o simplemente recurrir al viejo expediente de apalearlo como a las Damas de Blanco.

¿Qué pasó con los augustos magistrados del sistema antes de la llegada de Castro?

Lo probable es que todos ellos estén celebrando Corte Plena en el otro mundo, pues lo que menos se tolera en las dictaduras son respondones o gente que se aferra a leyes, códigos, precedentes, tradiciones... lo que vale es lo que determina el dictador y, “les guste o no les guste”, como decía un funesto farsante, todo lo demás son tortas y pan pintado.

En Cuba no hay jueces prevaricadores ni secretarios de juzgado pícaros por la simple razón de que no hay ni jueces ni juzgados.

Nombren, señores magistrados, la comisión que viaje a Cuba teniendo la seguridad de que los medios de difusión del país nombrarán a periodistas que les acompañen a visitar los cementerios donde reposan los antiguos juristas y abogados cubanos.

Muchos están cortando la rama del frondoso árbol donde se sientan

No sólo en Cuba lo que vale es la voluntad y los desvaríos del dictador, sino que es el caso de Venezuela, de Corea del Norte y de cuanta dictaduras hay sobre esta tierra y es lo que priva en territorios como Somalia y entre los cazadores de cabezas de Borneo, como sucedió con la “Santa” Inquisición, en la cual individuos embriagados de poder imponían a sangre y fuego sus ideas.

O se vive bajo un orden de leyes o se vive como en la selva, donde lo que se impone es la fiera o la voluntad del dictador y sus secuaces.

Con muchas de sus actitudes, sus fallos, sus apoyos políticos, su abierta simpatía por los socialistas del Siglo XXI, algunos magistrados y funcionarios del aparato de justicia del país están serruchando la rama del árbol donde están sentados, socavando la institucionalidad básica de la civilización, el sostén de nuestras libertades esenciales.

A los abogados, a juzgar por lo que se ve en restaurantes, playas, en compras de autos y residencias, “les encantan las mieles del capitalismo pues inclusive cuando viajan no van a Cuba o Venezuela, sino a Estados Unidos y Europa, a países libres y prósperos, de igual manera que el economista que se ufana de marxista, despotrica contra el neoliberalismo y llena carretillas con productos en el supermercado.