¿Cuál izquierda?

Es increíble que los de verdadera izquierda no protesten porque el FMLN usa su nombre como un pretexto para becarse en el gobierno sin hacer nada por el pueblo.

descripción de la imagen

Por

13 October 2016

El FMLN y el gobierno se presentan como de izquierda. Entre las muchas mentiras que el FMLN dice cotidianamente, esta es probablemente la más crasa. El FMLN no es y probablemente nunca ha sido un partido de izquierda, y está más allá de toda posibilidad de convertirse en uno.
    
Los partidos de izquierda, como los de derecha, tienen en su mira el beneficio del pueblo, y sus diferencias están en la manera de buscar dicho beneficio. En una época, antes del colapso de la Unión Soviética, existía una izquierda radical que interpretaba dicho beneficio a través de eliminar la propiedad privada de los medios de producción—incluyendo todas las empresas, todas las maquinarias, todo aquello que sirva para producir. Hasta las ventas callejeras fueron nacionalizadas en estos países.
 
Estos regímenes colapsaron en su propia corrupción. La prohibición de la propiedad privada, que pasó todas las propiedades a nombre del gobierno, generó una corrupción generalizada que destrozó a las sociedades comunistas. Los funcionarios del Partido Comunista usaban el capital del estado para beneficio propio, vendiendo los bienes que producían las empresas estatales en el mercado negro. Vendían y alquilaban también los puestos en las empresas y el gobierno y cobraban por los servicios públicos que el gobierno legalmente tenía que proveer. 

Este tipo de izquierda desapareció en el mundo civilizado porque llevó a todos los países comunistas a crisis económicas y sociales espantosas. Quedó el otro tipo de izquierda, la social democracia, que combina un estado llamado de bienestar con una economía liberal de mercado. Los países escandinavos, que son los exponentes por excelencia de este tipo de izquierda, ocupan los lugares más altos del mundo en términos de libertad económica. El estado de bienestar consiste en la provisión estatal de  servicios públicos de salud, previsión y educación para todos los ciudadanos. Esto implica el pago de impuestos altos, pero acompañados de muy buenos servicios.
 
El FMLN se parece a estos regímenes sólo en un aspecto: los impuestos altos. Los impuestos aquí no son tan altos en términos absolutos como los de Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia y Dinamarca, pero en términos de carga a la población son probablemente mayores, porque las personas en El Salvador tienen ingresos mucho más bajos y están más cerca del nivel de subsistencia. De esta forma, para una persona de la clase media en El Salvador le cuesta mucho más pagar el 38 por ciento de sus ingresos (renta más IVA) que para un sueco pagar el 50 por ciento del suyo. Los sacrificios que tiene que hacer el salvadoreño son mucho mayores.
   
Pero el otro lado, el lado de los servicios públicos, es peor. En Suecia, cuando la clase media paga sus impuestos, está adquiriendo unos servicios de salud de primera calidad, y una educación de nivel mundial, y un seguro social que realmente da seguridad a la población. Es decir, la clase media ya no tiene que pagar nada por ninguno de estos servicios. En El Salvador los gobiernos del FMLN han cobrado más dinero y han tomado prestado más dinero que ningún gobierno, pero el dinero no lo han usado para mejorar los servicios públicos sino para tratar de perpetuarse en el poder, contratando gente para formar cadenas de clientelismo, y para cobrar comisiones para mantener su partido. El resultado es que la clase media paga tres veces los gastos de salud (impuestos para servicios gubernamentales, cuota del seguro social y atención privada cuando se enferman. Lo mismo pasa con la educación.
 
Además el FMLN ha dejado de cumplir los compromisos laborales con los trabajadores de la salud, con los maestros, con los policías, con los proveedores del gobierno, con los pensionados presentes y futuros, y con la ciudadanía en general. Es decir, cobran más impuestos, endeudan más el país, deterioran los servicios públicos y dejan de pagarle al pueblo lo que le deben. ¿Y a eso le llaman izquierda? Esto más bien se llama embudo, con el lado ancho para cobrarle impuestos al pueblo y con el lado angosto para que los beneficios se concentren sólo en unos cuantos. 

Es increíble que los de verdadera izquierda no protesten porque el FMLN usa su nombre como un pretexto para becarse en el gobierno sin hacer nada por el pueblo.
    

*Máster en Economía, 
Northwestern University.
Columnista de El Diario de Hoy