Este martes por la tarde de regreso a mi casa por el bulevar Venezuela, unos metros antes de pasar por el portón del Instituto Técnico Industrial, le dije a la persona que me acompañaba: “voy a mostrarle donde me gradué hace cincuenta años” y giré a la derecha para entrar…
Le expliqué al vigilante que soy un exalumno de hace cincuenta años y amablemente me invitó a entrar… En mi smartphone tengo una foto que me dieron hace días unos compañeros del día de nuestra graduación y cuando estaba mostrando el lugar en donde había sido tomada, se acercó un maestro y me preguntó si yo soy Pedro Roque… Sí, le respondí. Llamó al director para decirle que los visitaba y le autorizó para que me acompañara en una visita…
Fuimos al segundo piso y abrió el aula donde durante tres años recibí clases y en ese momento nostálgico pasaron por mi mente todos mis profesores y mis compañeros de estudio, me acerqué al pupitre en el que me sentaba, me senté y constaté que aún, después de cincuenta años, son los mismos…
Después el profesor ofreció mostrarme la ampliación del ITI, un aula de informática con una gran placa del expresidente hoy en Nicaragua y el entonces ministro de Educación… Fíjese: Hay 40 computadoras y solo funcionan treinta porque para diez no tiene dinero para comprar los repuestos… “El ITI sigue en la lipidia” como nos lo explicó su director hace cuatro años que lo vistamos con un compañero que vive en EE. UU.
No dudo que los alumnos aprendan la teoría y la práctica de los asuntos técnicos en las cinco especialidades que tiene el ITI, pero sí dudo que aprendan a “ser excelentes personas” en un entorno de abandono, deterioro, desorden y suciedad, en medio de un sinfín de cosas viejas que no sirven para nada, pero que como están inventariadas y por si algún día llega la Corte de Cuentas no las tiran…
En el Taller de mecánica general aún están las máquinas herramientas en las que yo aprendí, amontonadas en un rincón que ocupa una buena parte del taller. Bien podrían limpiarlas y tener un pequeño museo del Instituto, pero parece que no es permitido que los alumnos hagan trabajos de ese tipo... Me presentaron y felicité a un grupo de alumnos que están trabajando en un congelador que ahorrará energía mediante aislamiento con una mezcla de agua con sal… Pero luego vi el taller donde trabajan y es oscuro, lúgubre, sucio, desordenado y falta de todo… De verdad que es un milagro que estos muchachos se esfuercen trabajando en un entorno que imprime desánimo y tristeza.
Y hoy que el gobierno se declaró en emergencia fiscal, el ITI pasará aún más atrás en las prioridades de financiación… Por eso quizás vendría bien que el director hiciera una convocatoria a todos los exalumnos y proponer crear una organización para la búsqueda de fondos y modernizar el ITI…
Bien vendría que los altos funcionarios del Ministerio de Educación, que seguramente cobran buenos sueldos, visitaran el ITI, pues por ser nacional, debería ser el mejor Instituto Técnico Industrial, ya que la educación técnica media es muy importante para el desarrollo industrial del país… ¿O será que lo quieren dejar sucumbir?
*Columnista de El Diario de Hoy.
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