Las fantasías del discurso presidencial

Siguen una serie de promesas que no cumplirá, como hacer crecer la productividad para generar más empleos (entiéndase que en el sector público); simplificar los trámites y promover un mejor clima de negocios y bla, bla, bla. 

descripción de la imagen

Por

15 October 2016

Cuando el país está haciendo equilibrios al borde del abismo, el Presidente se dirige a la nación para anunciar medidas para solucionar la situación fiscal y garantizar un crecimiento económico sostenible. Y para quienes ingenuamente esperaron un rayo de luz que iluminaría el caos tenebroso, el resultado fue deprimente e indignante.

En la primera mitad del discurso, Sánchez Cerén reiteró los grandes logros de su gobierno: el país avanza con estabilidad; la economía ha crecido de manera sostenida; las medidas extraordinarias contra la violencia criminal, han reducido los homicidios en un 50 %. Decepción para un pueblo que vive una realidad dramática, totalmente diferente a las excelencias descritas por el mandatario.

En la segunda mitad, de manera solemne, casi como una definición dogmática, afirma: “Quiero anunciar, proponer e impulsar una serie de medidas…” que se desvirtúa cuando la primera medida consiste en “declarar una estado de emergencia”. Enunciado retórico, carente totalmente de sentido jurídico y de utilidad práctica, que introduce otras tantas decisiones igualmente inútiles: la aprobación de los $1,200 millones, que ya todos sabemos no soluciona el tremendo hoyo fiscal creado por la incapacidad de sus funcionarios; la presentación de un presupuesto 2017 “cuidadosamente equilibrado”, que ya Fusades demostró presenta los mismos vicios que el anterior 2016, al no considerar importantes compromisos, con un déficit de más de $1,000 millones.

 Siguen una serie de promesas que no cumplirá, como hacer crecer la productividad para generar más empleos (entiéndase que en el sector público); simplificar los trámites y promover un mejor clima de negocios; estimular los asocios público-privados y fortalecer el diálogo político, y bla, bla, bla. 

Y termina con la mentira repetida con atrevida audacia: “Como todos sabemos, el actual sistema privado es inviable e insostenible y necesita una reforma que garantice con certeza el pago de las pensiones.” Si es insostenible ¿por qué el gobierno a través del FOP tiene 10 años de estar saqueando los ahorros de los trabajadores, en ese sistema privado, y al que el Ministro Cáceres y los diputados dieron el tiro de gracia con el famoso decreto de reforma que permite al Estado apropiarse de los ahorros de los cotizantes en las AFP, de manera indefinida, y sin pagar intereses ni capital, hasta que se acaben?

Finalmente, cualquier expectativa de mejora para corregir el rumbo equivocado que lleva el país, se derrumba cuando anuncia que el Gobierno ha constituido un equipo permanente de diálogo y negociación para alcanzar acuerdos, integrado por las mismas personas que han demostrado total incapacidad para desempeñar los importantes cargos que se les han asignado, y que han llevado al país casi a la quiebra. Roberto Lorenzana, Violeta Menjívar y Lorena Peña, han sido cuadros importantes del FMLN, con experiencia en la lucha armada, pero sin la preparación y experiencia académica necesarias para tan delicada misión. El Ministro Cáceres, aunque ostenta mejores credenciales, sus afirmaciones mentirosas lo descalifican. Porque decir que en Argentina, las AFP habían tirado la llave por la ventana por estar quebradas, es un insulto a la inteligencia del pueblo, cuando todos sabemos que CK las nacionalizó apropiándose de los ahorros de los cotizantes. 

Los ciudadanos nos preguntamos, por qué el FMLN ante la situación desesperada del país en el tema financiero, no depone su posición ideológica y selecciona entre los profesionales prestigiosos con que cuenta el país, un equipo que verdaderamente entienda de finanzas, como Manuel Enrique Hinds, Roberto Rubio, Luis Membreño y Mauricio Choussy, cuyas reiteradas recomendaciones hubieran pintado una panorama diferente, si únicamente el FMLN hubiera tenido la inteligencia para seguirlas. 


*Columnista de El Diario de Hoy.