Los malos a la calle y los buenos a la cárcel

La comunidad internacional, que ha mostrado su apoyo a la Fiscalía y la persecución del delito, también debería ver estos casos, donde parece “haber unos más iguales que otros”, una clase por encima de la ley.

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Por Mirna Navarrete

17 September 2017

En ningún caso que involucre miembros del partido oficial o funcionarios hay capturas ni detenciones formales, pues aun los involucrados en montar las treguas fueron procesados en libertad y además absueltos, pese a que es a causa de las treguas que las pandillas lograron reorganizarse, armarse y matar gente inocente en todo el territorio, lo que ha hecho de El Salvador uno de los dos o tres países más violentos del mundo.

Otro caso muy significativo es el de la empleada de la PNC que por dinero, según se informó, presuntamente “limpiaba” expedientes de pájaros de cuentas, pues ninguna persona honrada necesita que borren nada de cualquier historial que tenga en un cuerpo de seguridad.

“Limpiar” expedientes es alterar, falsificar documentos públicos, borrar evidencias, esconder del público los antecedentes de criminales y, por tanto, exponer a la gente a ser víctimas de tales individuos. Pues la señora y quien se señala como su pareja, un exguerrillero del ERP, serán procesados “en libertad”, como tantos a quienes o se blindan nombrándolos en cargos oficiales, o se destruyen las evidencias.

A una dirigente del oficialismo la sentenciaron a una pena excarcelable y “trabajos de utilidad pública” tras ser condenada por actos arbitrarios en la alcaldía capitalina, lo mismo que hicieron con una exjueza confesa de favorecer a pandilleros.

Sin embargo, el joven Daniel Alemán, al que la policía capturó por error (lo que el cuerpo reconoció), sigue encarcelado, a lo que le han sumado un cargo de “extorsión”, pese a que los vecinos de la comunidad donde vive se han manifestado públicamente a su favor, lo que no harían con alguien que anda extorsionando.

Y dados los precedentes de “fabricación de pruebas y testigos”, la gente teme que todo puede ocurrirle a un joven inocente al que quieren hundir por hundirlo, para demostrar que se persigue a los que atentan contra otros.

Todos los abusos se permiten

para incriminar a inocentes

La comunidad internacional, que ha mostrado su apoyo a la Fiscalía y la persecución del delito, también debería ver estos casos, donde “hay unos más iguales que otros”, una clase por encima de la ley, individuos que destruyen documentos públicos sin que nada suceda, versus personas que probadamente son inocentes y se les retiene para no quedar en ridículo.

Como si en Francia a los miembros del partido de Macron se les proteja, pero no a los de la agrupación formada por Hollande.

“A los nacidos en Córdoba se les perdona cualquier fechoría, pero se condena por menos a los sevillanos...”.

Nadie se opone a que personas culpables de corrupción, vengan de donde vengan, sean capturados y encarcelados cuando hay pruebas contundentes en su contra, pero sí choca que a alguien como Funes, al que se acusa de escandaloso enriquecimiento (al buen señor le encontraron en su casa docenas de pares de zapatos italianos de lujo sin estrenar y otro tanto de camisas también sin estrenar), conteste cuestionarios judiciales desde su mansión en Nicaragua.

El derrumbe de países y civilizaciones inicia destruyendo el orden legal, pisoteando la democracia y concentrando el poder en mafias, como en Venezuela.