Agente asesinado era respetado donde vivía

Osmín Calderón, policía élite, tenía conducta intachable tanto en la Policía como en su vida particular.

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Foto/Marlon Hernández

Por David Marroquín

12 September 2017

“Señor, dame fuerzas, dame fortaleza para seguir adelante. Que sea tu voluntad, Señor”. Esas son palabras dichas por una madre frente a la tumba de su hijo, un policía élite asesinado por pandilleros en Colón, La Libertad.

El hijo por el cual lloraba ayer esa madre era el agente del Grupo de Reacción Policial (GRP) Osmín Calderón López, acribillado a balazos por pandilleros la noche del domingo pasado cuando llegaba a su casa en la colonia Jardines de Colón, cantón El Chaparral, Colón, La Libertad. Sus exequias se realizaron ayer tarde en el cementerio de ese municipio.

Decenas de residentes del cantón El Chaparral, donde creció, llegaron a despedirlo.La presencia de muchos residentes del referido lugar reflejaba el respeto y el cariño que Calderón López se había ganado en el lugar, según sus amigos.

Algunos residentes que le conocieron tuvieron palabras de elogio hacia él. “Era bien dado con sus vecinos, era servicial, amigable, le ayudaba a la comunidad donde vivía”, dijo un amigo del agente. Este año, suman 26 policías asesinados.

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“Son unos cobardes

A Calderón López lo atacaron no menos de 8 pandilleros cuando caminaba bajo la oscuridad del lugar. Estaba cerca de su casa.

“Ellos son unos cobardes, solo en jauría atacan, como no podían causarle daño de otra manera, porque sabían que lo más seguro es que iban a perder”, dijo un agente de la Policía, quien manifestó haber conocido a Calderón López desde hace varios años.

El agente asesinado trabajaba como seguridad privado de unas personas en sus días libres para tener otros ingresos económicos. Precisamente, esa noche que fue atacado por los pandilleros, Calderón López regresaba a su casa, luego de brindarles seguridad a esas personas.

Aún gravemente herido, Calderón López pudo responder al ataque, pero la desventaja numérica en la que se encontraba no le permitió lesionar a ninguno de sus atacantes. Después fue auxiliado y llevado al hospital del Seguro Social de Santa Tecla, donde murió.

El subdirector de la Policía César Flores Murillo asistió al entierro del agente Calderón López. Sostuvo que él siempre demostró una conducta intachable tanto en la Policía como en su vida particular.

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“Fue un buen elemento, se dió con gran sacrificio, entrega, muy voluntarioso, y en su vida personal también lo era”, dijo Flores Murillo.

Agregó que no tenía vicios y estaba muy entregado a cuidar a su madre.

Estaba tan comprometido con la comunidad donde vivía que se esmeraba por mantenerla en paz y tranquilidad.

“En esa zona donde él residía colaboraba mucho con la Policía, identificando a los delincuentes, a las pandillas, ayudaba en las operaciones en esa zona, creemos que esa puede ser una de las causas de su asesinato”, dijo Flores Murillo.

Agregó que él nunca ocultó que era policía donde vivía, ni demostró que le tenía miedo a los pandilleros.