En 2009, el de ingrata recordación fundó la Secretaría de la Cultura que, como dicen en mi pueblo, es chicha de hombre, pues no sirve para nada. Esa es la impresión que me dio, el pasado Día de la Raza, al ver las estatuas de Colón e Isabel la Católica pintadas de negro.
Ambas eran de bronce y mármol. Dos metros, esculpidos por manos europeas, para que cuidaran 24/7 la entrada al Palacio Nacional. Digo eran, pues de bronce no queda ni pura estaca, y gracias a la iniciativa de alguien que le faltan cinco para el peso ahora están cubiertas de pintura negra.
¿No creen que se hubiesen visto mejor, bien pulidas, tal si fuesen mausoleo en 2 de noviembre?
Con vista a la Plaza Barrios, Cristóbal y Chavelita más de una lágrima derramaron al ser testigos de tanto deschongue. También lloraron cuando los Picapiedras, por imaginarse símbolos masones, hicieron añicos los coloridos mosaicos de Llort que le daban personalidad a la fachada de Catedral.
Señores, Fernando Llort es cultura que, al igual que las pupusas, otros países la venden como propia…. y los guanacos nos dejamos.
Ya nos robaron las artesanías, las pupusas y las pensiones. Si pispileamos, se llevan el símbolo de nuestra nación: el Monumento al Salvador del Mundo.
Durante 19 años, tuve la dicha de contemplar a nuestro Patrono, desde la ventana de mi oficina, ya restaurado tras su caída culpa del terremoto del 86.
A principios del siglo XX, el monumento decoraba la tumba de nuestro presidente Araujo y en el 42 fue donado al arzobispado y trasladado de los Ilustres a la Plaza de la Américas. ¡Gracias, familia Araujo!
De cipotes íbamos a fumar Delta y volar piscucha, al “Chulón”. Esto, mucho antes de que construyeran el Marte y los dos Presidentes: el Teatro y el Hotel. ¡Lleno de mariposas y pericos todo aquello! El chiste era pararnos justo debajo de la puntería del Chulón, y pretender que nos bañaba de pipí. Uno de cipote es tonto.
Ya con cédula (el DUI de antes), recuerdo un bonito Reloj de Flores con la hora oficial, la misma que nos daba la robot del 117. Más chulo se veía, con un par de Pilsener adentro, después del tour de La Constancia.
Otros monumentos, que se veían bonitos, eran el Coloso de la Montserrat y el Aeropuerto de Comalapa. Triste, al igual que el Reloj y el país, pasaron a peor vida.
¿Y nuestros hijos con qué monumentos crecieron?
Los míos, con el Hermano Lejano y los tetuntes sin nuca de la Autopista Sur, supuestos Próceres, que más bien parecen hermanos de Robocop.
¡Zapatero, a tus zapatos! No entiendo por qué don Gerson, además de a la obra pública, se dedica a “embellecer” la ciudad.
Ente sus obras, más allá de la infraestructura, nos topamos con el Monumento a la Deforestación, sin gracia y abandonado, cerquita, del Monumento a la Reconciliación, conocido como la Michi.
Reconciliación, pues se supone que es una guerrillera (sepa Judas por qué chulona), abrazada con un soldado, bajo un cielo preñado de palomas. En la escena aparece una ciudadana, de unos 8 metros que, con la mirada, les advierte que ni se les ocurra volver a darse riata.
Debe ser muy imaginativo nuestro ministro pues, cerca del Trébol de Merliot, también está construyendo el Monumento al Principito, aún no digno para los ojos de Antoine Saint Exupery.
¡Ahhh, paisito!
Chivas las guaras que vuelan libres en las paredes del Túnel de las Naciones Unidas. Muertas de la risa, las caras de piedra y grama entre Holcim (antes Cessa) y la Puma (antes Esso), esquina opuesta a Avianca (antes TACA).
Lo que me revuelve la bilis, al igual que el black bucket challenge del Palacio y los añicos de Catedral, son lo 6 rostros felinos del túnel Masferrari. Dicen que nos costaron $ 160k; al traste cuando nuestros artistas grafiteros se expresen en sus paredes.
¿Cuál es su monumento favorito?
A) El Chulón, B) La Chulona, C) El Hermano Mojado, D) Los Robocop E) La Michi, F) Ninguno.
¡Es que es liiindoo El Salvador!
*Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com