La Policía en alerta por supuesto plan de ataques a delegaciones

Fuentes policiales revelan que, según un informe de inteligencia, los atentados iniciarían el 7 de septiembre. Mara Salvatrucha los cometería en venganza por traslado de sus cabecillas al Penal de Máxima Seguridad

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EFE/Roberto Escobar

Por Diana Escalante

03 September 2017

Una llamada telefónica que le fue intervenida a dos integrantes de la mara Salvatrucha (MS), en la que manifestaban que sus cabecillas han ordenado atacar sedes policiales de todo el país, ha llevado a la Policía Nacional Civil a alertar a sus agentes para que intensifiquen sus medidas de seguridad, revela un informe de inteligencia policial.

Estos hechos violentos serían ejecutados desde el jueves 7 de septiembre, según fuentes de la institución. A ellas también se les ha explicado que la estructura delincuencial llevaría a cabo los ataques en venganza por los recientes traslados de cabecillas de la MS hacia el Penal de Máxima Seguridad, en Zacatecoluca, La Paz.

Los jefes de la pandilla habrían acordado perpetrar los atentados en una reunión que tuvieron el pasado 30 de agosto, según la conversación que le fue interceptada a los delincuentes.

Para cometer estos hechos, la MS tendría armas de fuego y granadas fragmentarias de fabricación industrial que presuntamente les proporcionó el cártel mexicano “Los Zetas”.

El armamento, de acuerdo con las investigaciones, ya fue distribuido entre pandilleros de todo el país.

El Diario de Hoy consultó este domingo a la Oficina de Comunicaciones de la Policía sobre la veracidad de la amenaza y pidieron tiempo para averiguar. Hasta el cierre de esta nota no se había obtenido respuesta.

La corporación ha ordenado a los agentes realizar operativos para contrarrestar los planes de la pandilla e identificar a los delincuentes que estarían recibiendo instrucciones de los cabecillas de la MS para llevarlos a cabo.

Segunda alerta en los últimos cuatro meses

En abril pasado, el encargado del Comando Zeus de la Fuerza Armada emitió una alerta similar para soldados, policías y custodios de las cárceles tras haber detectado, con labores de inteligencia, que la MS había planificado varios ataques contra ellos y sus parientes.

De acuerdo con la información, los integrantes de la mara Salvatrucha ejecutarían los planes “Lágrimas amargas” y “Niños huérfanos” en mayo y junio respectivamente.

El primero sería contra los agentes de seguridad pública y el otro estaría dirigido a sus familiares.

En aquel momento, las autoridades informaron que estaban averiguando si dicha amenaza era real, pero el tiempo pasó y no se conoció el resultado de la investigación.

No obstante, el incremento de muertes violentas contra los agentes de seguridad y sus familias desde esos meses hasta la fecha hace concluir que esas amenazas eran ciertas.

Entre el 1 de enero y el 2 de septiembre fueron asesinados 24 agentes y 11 militares cuando estaban de servicio o mientras gozaban de sus días de licencia.

En las últimas semanas, los pandilleros han intensificado los atentados contra ellos. Solo en agosto la corporación tuvo nueve bajas.

Ataques en las sedes iniciaron en 2014

Sobre ataques armados contra sedes policiales en El Salvador ya hay antecedentes. El primero que las autoridades registraron fue a inicios de abril de 2015, en la subdelegación de Quezaltepeque, La Libertad.

En esa ocasión, un grupo de policías acudió a una zona rural del municipio para atender una supuesta emergencia que fue reportada por teléfono.

Al llegar al lugar, un grupo de pandilleros de la 18 emboscó a los policías y los atacó a balazos.El agente Fredy García Ramírez murió.

Simultáneamente otros delincuentes pasaron disparando contra la subdelegación policial de Quezaltepeque.

Semanas después, las autoridades revelaron que quienes giraron la orden para cometer el hecho fueron César Daniel Renderos, alias Cementerio; Francisco Alvarado Durán, apodado Niño Crazy, y Marcelino Antonio Guillén, alias Cawina.

El atentado fue en venganza por la muerte de un jefe de la pandilla durante un enfrentamiento armado con policías y soldados.

Los tres sujetos son cabecillas de la pandilla y para entonces cumplían sentencias en el penal de Izalco, Sonsonate. Ellos fueron parte de los pandilleros que las autoridades penitenciarias ordenaron trasladar durante la tregua del Penal de Máxima Seguridad de Zacatecoluca hacia cárceles comunes.

Casi un año después, en marzo de 2015, varios delincuentes pasaron de madrugada frente a la subdelegación de la Policía de Ilobasco, en Cabañas, y lanzaron una granada que rebotó contra la puerta. Un policía sufrió lesiones leves; además, una patrulla y una motocicleta resultaron con daños.

Semanas después del ataque contra el puesto policial de Quezaltepeque, unos pandilleros a bordo de una motocicleta pasaron lanzando una granada contra la Policía en Santa María Ostuma, La Paz.

Esa vez no hubo víctimas, solo daños en la facha del inmueble. Un día después, la delegación de la Policía de Guazapa, al norte de San Salvador, también sufrió un ataque similar.

En junio de 2015, también murió el sargento Carlos Romeo López Hernández en un ataque perpetrado por varios hombres que pasaron disparando desde dos vehículos contra el puesto policial El Pedregal, en el municipio de El Rosario, La Paz.

Durante la inspección de la escena, los investigadores descubrieron una granada que no había explotado. Los delincuentes dejaron abandonados los autos a pocos kilómetros de la sede policial.