Y dale con los zippers de Antiguo Cuscatlán. Pensé que ya había sido suficiente y era tiempo para aprender a vivir con ellos (ni modo, el daño ya está hecho), pero la misma alcaldesa sigue dándole vueltas al tema.
A Milagro Navas le da tristeza la falta de respeto y vulgaridad que desató esa obra. La bajeza de la fregadera es una pena, pero la “falta de cultura” del pueblo, como dice ella, no es la culpable de las mal logradas jardineras. La idea pudo haber sido muy creativa y funcionar en algún país europeo. El resultado final, sin embargo, no es nada agradable, en parte por los materiales utilizados y el color de la pintura.
Tampoco colabora el ambiente que circunda la obra: se trata del ingreso a una de las zonas más importantes del municipio; postes, cables y mupis saturan el panorama; no se soluciona el problema de los peatones y, para rematar, está frente a un motel (autorizado por la administración municipal).
El buen gusto es una tarea pendiente en Antiguo Cuscatlán. La belleza de estilo, la armonía, la gracia y el buen ritmo dependen de la simplicidad, decía Platón. Y si algo vemos en los destruidos y decadentes arriates centrales del bulevar Santa Elena y Orden de Malta, es un relajo de árboles y plantas —malas hierbas incluidas— con variados tipos de jardineras, a cuál más fea. Esos $47,990.63 que se autorizaron para la obra podían ser mejor utilizados.
La alcaldesa aseguró que las críticas son para acabar con su imagen. En una entrevista a Diario El Mundo, relacionó las opiniones negativas al hecho de que las elecciones están cerca.
¿No será que han aumentado las obras en Antiguo Cuscatlán precisamente porque se acerca la época electoral? En particular me llama la atención que hasta ahora se intervengan los arriates de Santa Elena, pues desde hace tiempo las raíces los habían destruido y hace rato que las gravileas llegaron al fin de su vida útil.
Navas también dijo que las acusaciones eran cobardes, hechas por troles. Cuando escribí la columna “En Antiguo Cuscatlán huele a aburguesamiento”, recibí muchísimos correos electrónicos de personas con nombre y apellido, reales, de carne y hueso, que expresaron sus malestares. No son complots de la oposición o de sectores oscuros, sino las quejas de ciudadanos (universitarios, profesionales y empresarios) inconformes con los resultados pese a las altas tasas impositivas y al tiempo que ha tenido para manejar un municipio de apenas 19.41 km². Varios quisieran un cambio de mando, pero lamentan no tener una opción por la que votar.
No hay otra gestión a la que echarle la culpa de los descuidos, más que a la administración de Milagro Navas, con 30 años en el poder. Son sus acciones, obras mal hechas o falta de las mismas las que han generado descontento en la población y que están minando su camino hacia las próximas elecciones.
Alcaldesa, le propongo unos retos, que evidencian el deterioro Antiguo Cuscatlán:
1.Renovar las jardineras del bulevar Santa Elena sin descuidar el verde, con plantas y árboles que mantengan la armonía y las sombras.
2. Hacer un buen bacheo y pavimentar de nuevo las vías bajo responsabilidad de la alcaldía. Muchas están descuidadas y el trabajo que se hizo se arruinó en pocos meses.
3. Señalar las calles y avenidas con sus nombres.
4. Mejorar la pobre iluminación pública y cambiar los focos quemados.
5. Poner fin a la anarquía que reina por la gente que parquea donde se le da la gana. En esta misma línea, sancionar a los negocios (sabemos cuáles son) que incumplen la reglamentación de parqueos.
6. Quitar los mupis y rótulos que contaminan visualmente. Ya tiene vía libre de su Concejo para hacerlo con urgencia, según el acuerdo número dos (Acta número 20). Sobre esto quizás escriba más adelante, si la Unidad de Acceso a la Información Pública me facilita lo que he pedido.
7. En su campaña me gustaría ver una propuesta para solucionar la saturación de cableado y postes y mejorar el “Mercadito de Merliot”.
Mi propósito de exponer esto es para tener un mejor Antiguo Cuscatlán. Ya veremos si la gente la premia o la castiga en las próximas elecciones.
*Periodista.
jaime.oriani@eldiariodehoy.com