El sistema financiero bancario considerará aumentar su participación en la compra de nuevas Letras del Tesoro (Letes) solo si el país logra mejorar su calificación de riesgo soberano, indicó este jueves el presidente de la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa), Raúl Cardenal.
“(Comprar nuevos Letes) depende mucho de la calificación de riesgo del país. Por eso tenemos que trabajar en eso, porque siempre y cuando hayan mejoras, los bancos van a considerar aumentar su posición”, señaló Cardenal al término de una conferencia de prensa en la que se presentaron los resultados del sector a julio 2017.
De acuerdo con las cifras de Abansa, actualmente el saldo global en Letes- instrumentos de deuda con los que el gobierno obtiene financiamiento de corto plazo- es de $731 millones, de los cuales los bancos son acreedores de un 34%, equivalente a $247 millones.
La directora ejecutiva de la gremial, Marcela de Jiménez, reconoció que los bancos redujeron significativamente su participación en Letes a partir de marzo 2017, cuando el gobierno hizo una emisión de bonos en el mercado internacional y cambió la deuda de corto a largo plazo.
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Jiménez explicó que en diciembre de 2016, la deuda en Letes en posesión de los bancos era de aproximadamente $560 millones. Se estima que, incluso, en septiembre de 2016 los bancos tenían más de $660 millones en Letes; pero en los últimos cinco meses han mantenido un promedio cercano a $300 millones.
Las cifras coinciden con las de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), que ha dicho con anterioridad que la incertidumbre fiscal ha elevado los estándares de colocación por parte de los bancos y éstos han decidido reducir su exposición a estos instrumentos. Así, aunque no han dejado de hacer un refinanciamiento (roll over), tampoco incrementaron el saldo en Letes.
“Prácticamente el cambio significativo que hemos tenido es producto del pago que hace el gobierno en marzo (…) a partir de ahí, durante todo el año, no han habido mayores variaciones”, insistió Jiménez.
El presidente de Abansa dijo que los bancos han decidido “dar el apoyo y mantener la posición constante”, haciendo roll over en cuanto los Letes han vencido, pero sin aumentarla debido a la calificación de riesgo.
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Y es que, tras el impago a tiempo de una de las cuotas por el servicio de deuda con el fondo de ahorro de los trabajadores, las calificadoras de riesgo internacionales como Standard & Poor’s, Fitch Ratings y Moody’s calificaron al gobierno salvadoreño como uno de los de mayor riesgo de que pueda honrar su compromisos financieros.
Aunque cada banco tiene sus propias políticas de inversión, es usual que compren instrumentos financieros de entidades con, al menos, una calificación “BB”.
Cardenal afirma que la banca considera “urgente” resolver el tema de la estabilidad de las finanzas públicas. Advirtió que otra situación de impago desencadenaría una serie de eventos fortuitos como otra baja en la calificación de riesgo que provocaría una fuerte contracción de la inversión local y extranjera.
También dificultaría el acceso a financiamiento en el mercado internacional y reduciría las fuentes de financiamiento externo de la banca, provocando una menor oferta de crédito, incremento en el costo de los recursos y una reducción en la inversión pública y privada.
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Banca menos rentable
Por otra parte, Abansa señaló que pese a tener el segundo índice más alto de solvencia patrimonial de Centroamérica, la banca salvadoreña posee el menor nivel de rentabilidad sobre activos (ROA) y sobre patrimonio (ROE) de la región.
La gremial explicó que eso se debe a que, comparado con las entidades bancarias de los demás países centroamericanos, el margen de tasas de interés entre lo que cobra en sus créditos y lo que paga en sus depósitos es más bajo en El Salvador.
Jiménez, destacó además que tanto los créditos como los activos del sistema bancario crecen en función del desempeño económico del país. Así, si El Salvador no crece, la banca tampoco.