Barcelona, ciudad de todos

Siento la necesidad de escribir estas líneas para, además de condenar la violencia del ataque terrorista, agradecer las expresiones de apoyo y solidaridad que se han multiplicado estos días en este entrañable país donde ya me siento como en casa.

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Por Elizabeth Castro

26 August 2017

Me hubiera gustado que mi primer artículo en prensa salvadoreña como Embajador de España hubiese tenido otro objeto. Todos desearíamos que los atentados del pasado 17 de agosto en una de nuestras ciudades universales nunca hubieran tenido lugar. Pero lamentablemente la violencia terrorista suele escoger para sus actos los lugares con más vocación de tolerancia y respeto a la diversidad como es el caso de nuestra querida Barcelona.

Es por esto que siento la necesidad de escribir estas líneas para, además de condenar la violencia del ataque terrorista, agradecer las expresiones de apoyo y solidaridad que se han multiplicado estos días en este entrañable país donde ya me siento como en casa.

Por desgracia, ninguna ciudad del mundo está libre del odio y la sinrazón que hay detrás de un ataque terrorista. El extremismo no tiene rostro y se mueve sigilosamente en nuestras sociedades, esperando el momento para atacar, beneficiándose del clima de tolerancia que trabajamos a diario por preservar. Nuestra querida Barcelona, ciudad cosmopolita y de acogida, que celebra este año los veinticinco años de la cita olímpica ha recibido un duro golpe que ha impactado en todos los que defendemos la libertad, la democracia y la paz en España y en el mundo. No dejemos que nos arrebaten estos activos. Barcelona tiene que seguir siendo la ciudad abierta que ha cautivado a millones de visitantes, en la que residen y transitan en armonía ciudadanos de los cinco continentes.

La solidaridad con las víctimas no se debe contaminar con el odio que podrían inspirar las acciones de unos individuos que no representan a la religión que dicen defender. La memoria y el recuerdo de las víctimas nos hacen fuertes y nos dignifican como sociedad, y deben servir para evitar actos de odio con consecuencias similares.

He recibido repetidas muestras de esa solidaridad en El Salvador durante estos días. Ello me ha confirmado la cercanía del pueblo y las autoridades salvadoreñas y la de mis colegas en el país. El propio Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, me transmitió sus condolencias con ocasión de la presentación de mis cartas credenciales en nombre de su Gobierno y del pueblo salvadoreño.

Todo ello anima a los miembros de nuestra Embajada a enfocar nuestro trabajo con mayor fuerza e ilusión. Nos espolea a seguir reforzando los lazos que unen a nuestros dos países y a retribuir con ese trabajo y ese compromiso la solidaridad recibida estos días. Con el corazón triste pero lleno de energía, inspirados por el espíritu solidario de la Barcelona siempre libre, vamos a continuar trabajando por unas sociedades más inclusivas, tolerantes y pacíficas, por una vida libre de miedo y odio.

*Federico de Torres Muro

Embajador de España.