Previniendo accidentes

Los que conducen correctamente la moto saben de los riesgos y lo hacen como si fueran conduciendo un automóvil: hacen cola, evitan el exceso de velocidad y no maniobran entre vehículos. 

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09 September 2016

No hay duda de que viajar en moto es uno de los grandes placeres que puede dar la vida. El viento fresco en el rostro y esa sensación de libertad, casi de vuelo, son experiencias especiales. Lo he hecho pocas veces pero son recuerdos inolvidables. El tener una moto, lo confieso, es una de mis fantasías por cumplir. Está en mi bucket list. La motocicleta es también un medio de transporte práctico, aligera el tráfico, y resulta muy económico para las empresas. Los motociclistas nos pasan de lado y se adelantan mientras los que conducimos automóviles esperamos largo tiempo haciendo cola y produciendo ácido gástrico.

Pero precisamente esa facilidad para pasar a los automóviles y ponerse enfrente del semáforo, y esa versatilidad para maniobrar y acelerar provocan peligro. No hay prácticamente ningún motociclista veterano que no se haya quebrado algún hueso o le haya quedado la pierna como bistec en algún accidente. Todos tienen historias que contar en este sentido. Y es que cuando viajas en moto vas como en caída libre. Solo tú y el exterior. El casco protege… la cabeza. De acuerdo a estadísticas norteamericanas el motociclista tiene 35 veces más posibilidades de sufrir un accidente fatal que el automovilista. Generalmente los accidentes se producen cuando, mientras sobrepasan un automóvil, éste hace un giro. Es el buen sentido y la prudencia del piloto lo que hace la diferencia en la seguridad.

Hemos visto en los últimos años un aumento considerable de motociclistas. No llegamos a los niveles de los países orientales, donde las motos se ven como bandadas de pájaros en las bocacalles, pero nos estamos acercando. Además de los motociclistas particulares vemos muchos repartidores de comida a domicilio, que han resultado ser los más intrépidos. Todos hemos visto cómo nos pasan por cualquiera de los lados, y cómo arrancan antes que el semáforo se ponga en verde. Ya están del otro lado cuando nos disponemos a continuar después del alto. Esto es especialmente peligroso ya que los salvadoreños no tenemos paciencia, y olvidamos esa sabia recomendación de contar hasta cinco antes de arrancar con la luz verde.

Y en un accidente entre una motocicleta y un automóvil es el del automóvil quien, mientras no se demuestre lo contrario, tiene la culpa. El motociclista siempre es percibido como la víctima porque lo que se observa generalmente es un conductor de automóvil ileso y un motociclista tirado en la calle, con la moto retorcida a la par. Los motociclistas muchas veces son los causantes de los accidentes, por esa costumbre de pensar que tienen vía libre y que los automóviles se tienen que apartar. No toman en cuenta que la conducción de motocicletas tiene su propio manual de seguridad. Los que las conducen correctamente saben de los riesgos y lo hacen como si fueran conduciendo un automóvil: hacen cola, evitan el exceso de velocidad y no maniobran entre vehículos. 

Algunas simples recomendaciones podrían evitar muchos accidentes, salvando huesos rotos y vidas. Del lado de los motociclistas, deberían conducir a la defensiva, con todo el equipo de protección. Los que dirigen a los motociclistas que entregan a domicilio deben dar suficiente tiempo para la entrega y evitar que vuelen entre el tráfico. Los que conducimos automóviles debemos bajar la velocidad al acercarnos o cuando se nos acerca una moto. La vida vale más que un poco de ahorro de tiempo.


*Médico siquiatra y
columnista de EL Diario de Hoy