En estos días he pasado por parques, plazas, aeropuertos, grandes avenidas por las que cruzan cien personas cuando cambia el semáforo, supermercados, mercados, restaurantes y hoteles en tres países y en todos vi, más gente ocupada “de y con” su teléfono inteligente que “de y con” el ser inteligente que tenían enfrente o a la par… Y sucede con niños desde los diez años, jóvenes adolescentes, parejas maduras y hasta gante mayor…
¿Y que hay con más relevancia que la persona con quien están? Pues, seguramente, algo más interesante, distraído o importante que lo que tiene que decirle, comentar o escuchar de la persona con quienes están… Que si son dos, cada uno está en lo suyo y si es un grupo también… Incluso cuando es una familia…
¿Por cuánto tiempo aguantaremos como sociedad este tipo de conductas, en donde cada uno está serio o sonriendo y comentando con uno u otros que está lejos y desatendiendo al que está enfrente?…
Le pregunté a alguien que pasa el 90% de su tiempo libre en las redes sociales, ¿Qué sucede cuando se reúnen con los que conversaban antes por chat y desatendían a otros? Lo mismo, me respondió, los desatendemos a ellos por atender a otros… ¿Y entonces qué sentido tiene reunirse?... ¡Ninguno!…. Ahora ya no se habla con el que está enfrente, solo se le mira… Se habla con los que están lejos… Y explicándome eso, me desatendió, porque desde Valencia tenía una conversación con alguien en El Salvador y otro en Alemania...
Así las cosas he decidido las siguientes reglas… Ver mi Smartphone solo tres veces al día, responder mensajes solo si son muy importantes, dejar todo claro en casa y en el trabajo para que no me llamen. No llamar ni responder el teléfono a nadie cuando voy manejando, durante la comida apagarlo, no abrir correos de gente que no conozco, no ver videos ni mensajes virales, leer las noticias solo en un periódico nacional y uno internacional…
El objetivo es mejorar mi calidad de vida desintoxicándola de mensajes que no aportan, ni información útil para mi vida personal, ni útil para mi ocupación profesional…
Cualquier cosa que sucede o no suceda en el mundo, sucederá o no independientemente que yo sepa o no me entere de ella y si usted analiza las cosas que recibe, la mayor parte son sin interés, ni relevancia, solo lo distraen de su trabajo, lo atrasan y le meten cosas en su cabeza que usted no puede resolver…
Me contó un director que todos los días se iba intranquilo a su casa, porque no alcanzaba a leer los 70 correos que recibía con “CC”… Mi consejo: ordena que nadie te mande copia de correos, el que quiera hablar contigo que venga a tu oficina… Santo remedio, solo recibe los diez que tiene que recibir y responder…
Cada uno en sus cosas: Putin, Obama y Merkel en las suyas… Aquí, los políticos, la corrupción, la asamblea, el gobierno, lo expresidentes, la fiscalía también en las de ellos...
Yo, mejor le dedicaré más tiempo a la gente que convive y trabaja conmigo, me ayudan, les quiero y me quieren…
Si usted quiere pruebe y seguro que tendrá más tiempo para su gente….
*Columnista de El Diario de Hoy.
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