Con gran difusión pública acusan a Saca de soborno

Ese eficiente proceder contra Saca contrasta con el arrastrar de pies en el caso de Funes, a quien los dirigentes del partido oficial le recomendaron huir a Nicaragua, donde hace gala de un muy lujoso estilo de vida, propio de grandes magnates.

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Por Inés Quinteros

21 August 2017

Con gran cobertura mediática, la Fiscalía ha acusado al expresidente Antonio Saca de supuesto cohecho o soborno a una empleada judicial de un tribunal civil que lo juzga por presunto enriquecimiento ilícito.

Las pruebas son grabaciones telefónicas, incluso de la acusada, abogados y otras personas alrededor del caso.

Es importante que el Ministerio Público haga su parte en el combate de la corrupción, pero en la opinión pública crece la percepción de que solo se está procediendo contra los anteriores gobiernos, salvo el de Funes, lo cual no abona en nada a la justicia ni a la credibilidad y confianza en sus instituciones.

Por ejemplo, se habla de intervención de los teléfonos de Saca y de otros involucrados en este caso, pero nunca de los investigados por presunto enriquecimiento ilícito en la izquierda, que se sabe que son muchos.

En lugar de eso se procede contra funcionarios de bajo nivel o perfectos desconocidos, que supuestamente informaban del proceso, pero que no se ha determinado que podían tener poder de decisión o tentar a jueces que difícilmente iban a prestarse a salirse de lo propio.

Cortinas de humo mientras

los corruptos disfrutan

Ese eficiente proceder contra Saca contrasta con el arrastrar de pies en el caso de Funes, a quien los dirigentes del partido oficial le recomendaron huir a Nicaragua, donde hace gala de un muy lujoso estilo de vida, propio de grandes magnates. A estas alturas nadie protesta porque ni le han pasado el cuestionario judicial en Managua ni porque el caso lleva más de un año sin mayores avances.

Se intervienen las llamadas en estos casos, pero no a los diputados ni menos al hombre del carterón negro que se dice que va de curul en curul repartiendo golosinas, lo que es muchísimo más grave que lo que puede recibir una secretaria judicial para informar como va un proceso.

Esa clase de cohechos no se investigan ni todas las argucias a las que recurren funcionarios para burlar a la justicia, como desaparecer documentación de entradas y salidas de choferes que atropellan a peatones y luego se alteran las escenas y evidencias.

En igual manera los registros sobre los gastos de Funes o de cualquier otro, se esfuman o se dice que “son documentos privados”.

Al final, lo que queda en la gente es la percepción de que se ha tendido una cortina de humo más.

Lo que es innegable es que Saca está cosechando lo que sembró, al pactar con quienes ahora lo están hundiendo.