Diccionario Funes-Español

En sus declaraciones a la prensa nicaragüense y en sus largas diatribas en redes sociales, pareciera estar usando español, pero la realidad de las cosas es que está hablando otro idioma.

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11 September 2016

Dicen que el primer paso para lograr la empatía es el entendimiento. Es dificilísimo ponerse en la situación del prójimo si para empezar, no entendemos cuál situación es esa. Al expresidente Funes (ahora asilado político por parte de la hermana República de Nicaragua) cuesta tenerle empatía incluso ahora, en sus más amargas horas en que en cuestión de horas tuvo que desarraigarse de la patria donde fue presidente, y mi teoría es que esto se debe a que no le entendemos.

En sus declaraciones a la prensa nicaragüense y en sus largas diatribas en redes sociales, pareciera estar usando español, pero la realidad de las cosas es que está hablando otro idioma. Por lo anterior y teniendo el interés de quienes están intentando ser empáticos con la venida a menos del asilado, he recopilado un par de palabras de uso común en las letanías recientes de nuestro expresidente, y presento a continuación su significado a modo de traducción en una primera edición del diccionario Funes-Español. Si bien nunca desbancará en reconocimiento de marca al fiel Larousse de bolsillo, valdría tener el Funes-Español a la mano para traducir ahora que el asilado está monopolizando las noticias.

Oligarquía: si bien esta palabra quienes entendemos español y algo de ciencias políticas la entendemos como una forma de gobierno en la que quienes mandan son un grupo minoritario normalmente de la misma clase social, cuando Funes se refiere a la “oligarquía”, se refiere aparentemente a una fuerza que le persigue, amorfa, sin caras, nombres o apellidos. Porque no puede llamarle oligarquía a quienes tienen poder económico, puesto que eso lo incluiría a él. Tampoco al empresariado en general, puesto que según sus declaraciones, sus exitosas consultorías también lo ponen en similares condiciones a este grupo. Difícilmente se refiere a quienes ejercen el control del gobierno, puesto que en teoría estos son sus aliados que le aconsejaron huir. Esto nos indica que para el asilado esta palabra significa otra cosa, con connotaciones más bien abstractas y místicas: algo así como el Coco o el lobo que persigue a los niños que no se comen toda la comida.

Persecución política: El error es nuestro si pensamos que cuando el asilado dice que ha sido víctima de una persecución política, pensamos que está usando el término como lo conocemos en español, aquel que se refiere a quienes se enfrentan a regímenes autoritarios (de cualquier persuasión ideológica) y pagan su oposición con la cárcel, la amedrentación de sus familias. A ver, lo de los disidentes cubanos, o lo de Leopoldo López, o lo de tantas víctimas de Pinochet. Cuando Funes dice “persecución política” se refiere quizás al temor que debe seguramente darle la ensordecedora condena de la opinión pública, por la manera en la que utilizó los fondos del estado, por su falta de transparencia y por repetir las corruptelas que criticó siempre. Se refiere al miedo de que el ministerio público actúe por primera vez con independencia y de que no haya nadie a quien darle una llamada para hacer que los problemas desaparezcan. Para Funes “persecución política” significa que la rendición de cuentas está demasiado cerca y que ha perdido los recibos. 

Asilo: Esta es la palabra con menos diferencias entre el idioma Funes y el español. En español los asilos políticos se entienden como lo que se concede a un extranjero a quien se ha desterrado, o que ha huido de su tierra por cuestiones políticas. Edward Snowden, o tantos activistas cubanos en tantos rincones del mundo, por ejemplo. Cuando Funes dice “asilo”, a lo que se refiere es a una mudanza súbita, con una llamada telefónica entre cheros de por medio, que permitió que la vida de spa que llevaba en una tierra centroamericana se trasladara íntegramente a otra tierra centroamericana, seguridad incluida. A diferencia del significado en español, el asilo de Funes lo motiva la justicia, pues su ideología a quienes nos repugna la opacidad fiscal de su administración, nos tiene sin cuidado.

Extrema derecha: Para Funes, es similar al significado de oligarquía, solo que con aplicación más amplia. En el idioma Funes, ésta no es una facción ideológica de influencias racistas y extremas, como entendemos en español, sino el ente semántico que tiene la culpa de todos los males. De uso común.
 

* Lic. en derecho de ESEN
con maestría en Políticas Públicas
de Georgetown University.
Columnista de El Diario de Hoy.
@crislopezg