Chocante, mezquino por informar sobre abusos pequeños

La corrupción no es grande o pequeña, es corrupción y como tal debe ser atacada desde sus raíces. 

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17 September 2016

Los funcionarios del equipo de propaganda del gobierno del FMLN, uno en Comunicaciones y otro en Transparencia, calificaron de chocante y mezquina la publicación donde se contabilizaban los gastos en almuerzo en el despacho de Economía,  semejantes calificativos también utilizó la Presidencia de la Asamblea Legislativa ante la revelación de los gastos de comida realizados por la Presidente de ese Órgano de Estado.
 
En ambos casos, unos y otros, moros y cristianos afines al gobierno del FMLN, criticaron duramente las publicaciones en El Diario de Hoy y El Mundo, argumentando que se trata de gastos legales, gastos contabilizados y auditados por la Cuentas de Cuentas, están en el presupuesto de las instituciones y aprobados legalmente por las diferentes instancias del Estado.

Además, aducen que se trata de fondos de poca monta que no deberían ser de preocupación porque, se insiste en que los recursos financieros forman parte de los presupuestos debidamente aprobados.
 
Y no dejan de tener razón, al parecer todo es legal, sin embargo, el punto no es solamente de legalidad, es de decencia. Sí, como funcionarios poseen  “sobresueldos escondidos” para desarrollar su trabajo, incluso no tienen “vergüenza moral” de incluir  en los gastos que sufraga el Estado, un dólar en tortillas o una papaya...amén de que en cada reunión de trabajo, a la hora del almuerzo, en la cena o en el desayuno (sin importar que sea sábado o domingo) es pagado por los fondos que provienen de los impuestos.

Me permiten traer a cuenta lo que sucede en una familia o un trabajador común y corriente; vive en una zona peligrosa con su familia, la mayoría de zonas en el país son peligrosas, sin embargo, a primera hora del día sale de su hogar, camina, toma un bus (o varios) con las vicisitudes que esto conlleva, para luego llegar a su trabajo. De inmediato comienza a laborar y al mediodía sale a almorzar, ya sea que lleva sus alimentos de su casa o en un comedor o restaurante de la zona, pero a nadie, absolutamente a nadie, se le ocurre pasar los gastos de comida al contador para que se los financie, mucho menos que la oficina le proporcione vehículos para movilizarse y no se pasa por la cabeza solicitar un par de guaruras para que le cuiden.

¿Y si hay una reunión de trabajo a la hora de la comidas? Probablemente lo asume la oficina, pero como en cualquier lugar que aprecia y cuida los centavos (en general porque le cuestan y son fruto de mucho trabajo), hay que justificarlo, dar el recibo con la razón social adecuada y, por supuesto, “el contador” revisará que no hubo despilfarro, licor o algún abuso. Y si es frecuente este tipo de “reuniones de trabajo”, lo más seguro que uno de los administradores dirá, tarde o temprano, que no hay administración adecuado del tiempo de trabajo.

Entonces, ¿por qué un funcionario, por muy de primera línea de trabajo que sea, por mucha responsabilidad que tenga sobre sus hombros, tiene que tener privilegios que no tiene el trabajador común y corriente? ¿Por qué debe tener vehículos a su disposición (todavía peor porque tiene carros oficiales  para el funcionario y los guaruras que lo cuidan)? ¿Por qué tiene que utilizar las horas de comidas para reuniones de trabajo, lo peor, financiadas por el Gobierno?

El mismo argumento utilicé hace un par de años con los gastos en “regalitos” hechos por el presidente de la Asamblea Legislativa; la Presidencia autorizó la compra de corbatas de marca (de segunda por cierto), pulseras de oro y algunos detalles más para “ofrecer un presente” a los diputados durante las festividades de Navidad. Me parece bien, excelente, digno de imitar que ese funcionario, quien ahora está al frente de la promoción de exportaciones, diera regalitos a sus colegas... lo que es censurable, criticable y condenable si se quiere, es que los fondos provenían no sus bolsillos privados, de su salario, sino de las arcas del Estado que aprobó un presupuesto a la Asamblea Legislativa. El origen de ese dinero tenía como fuente los impuestos de los salvadoreños.

Pero bien, los funcionarios del gobierno del FMLN también tienen razón porque se trata de minucias en relación al presupuesto de la Nación, sin embargo, si en los fondos pasa esto, qué podemos pensar en los millones que usa el gobierno para construcciones públicas, compra de productos y servicios... pero todavía más, y esto es grave, el gobierno actual ha sido incapaz de enfrentar el problema de frente, de cara al sol, sin justificaciones de tercera categoría, sin ideologizaciones y haciendo ver que se trata de críticas infundadas de la oposición con la intención de desestabilizar al gobierno actual.

Un expresidente que sale huyendo a esconderse bajo las naguas del gobierno sandinista, supuestamente porque es perseguido político y su partido lo avala, aduciendo que la derecha quiere venganza y se retracta a las críticas que hizo sobre el “estilo de vida suntuoso” de Funes y le recomienda que huya a Nicaragua, muestra que las cosas no andan tan bien en los principios y los valores propios de la decencia de la honradez, del buen vivir.  

Y he acá el punto central, la idea esencial que quiero expresar este día: la expresidenta de Brasil fue destituida porque manoseó las cifras oficiales del desempeño económico de esa nación. El también expresidente Lula, envuelto en una cadena de corrupción a gran escala, está en la picota judicial. Acá en El Salvador, el expresidente Funes, envuelto en una investigación por presunto enriquecimiento ilícito, tendrá que enfrentar la justicia. En Guatemala un expresidente y una exvicepresidenta, de la gestión anterior, están siendo juzgados por corrupción descarada. En Costa Rica, hace unos años, dos expresidentes de la República fueron puestos a la orden de un juez por hacer uso indebido del Estado. En Honduras el hijo de un expresidente está siendo juzgado en Estados Unidos por cuestión de drogas, lo mismo con dos sobrinos del presidente venezolano que están frente a un juez estadounidense. En Taiwán un expresidente en la cárcel por habérsele demostrado hechos de corrupción... en pocas palabras, la tentación es grande, no se trata de izquierdas o derechas, de pobres o ricos... se trata de humanos, de personas que deben tener sus principios claros y definidos, que cuando llegan al poder, cuando se convierten en funcionarios simplemente son eso, cumplen una función en bien, por el bienestar de sus jefes, la población, la ciudadanía... Saber medir esto es lo difícil. 
 

*Editor Jefe de El Diario de Hoy
ricardo.chacon@eldiariodehoy.com