Joven y su hermano deportados tras ser aceptado en universidad

Mostró ante la oficina de migración la carta de aceptación en el Louisburg College, pero fue deportado junto a su hermano.

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Por El Diario de Hoy

04 August 2017

Los hermanos salvadoreños Lizandro y Diego Claros-Saravia fueron deportados de Estados Unidos el pasado miércoles, luego de que el primero presentara a la oficina local del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) una carta donde se aceptaba su ingreso al Louisburg College para estudiar ingeniería, según informó la cadena televisiva Univisión.

El joven se reportaba periódicamente como indocumentado ante dicha oficina, como parte de los requisitos para aceptar su cupo en el centro de estudios y poder mudarse de ciudad. Pero no contó con que las autoridades lo acusarían a él y su hermano de entrar al país con visas y pasaportes falsos.

La publicación señala que el ICE declaró, mediante un comunicado, que “entrar ilegalmente a Estados Unidos como una unidad familiar o como menor de edad sin compañía no protege a las personas de ser sujetos de las leyes migratorias de este país”.

Lizandro y Diego residían en Gaithersburg, Maryland, con sus padres y dos hermanos más. Eras los menores de la casa, señala el sitio de Univisión. Diego trabajaba haciendo mecánica. Había abandonado los estudios universitarios pues la familia no tenía dinero suficiente para pagarlos, señala la publicación. En el caso de Lizandro, advierte que “había recibido una beca de ensueño y su pasión por el fútbol le acaba de abrir las puertas del college”.

El miércoles pasado, los jóvenes llegaron al sureste de El Salvador, al cantón El Níspero, donde habita su tía Verónica Orellana, de 39 años. “Llegaron contentos de regresar a su país, pero al mismo tiempo desilusionados. Ellos quieren seguir luchando para ver si tienen la oportunidad de regresar con su familia”, manifestó Orellana.

La publicación señala que los jóvenes no ocultan su frustración por haber sido deportados por la autoridades estadounidenses, lo cual consideraron “injustos” al considerarse “buenos ciudadanos” en dicho país.

La madre de ambos jóvenes, Lucía Saravia, dijo a Univisión que no descansará hasta que los jóvenes vuelvan a la residencia en Gaithersburg, Maryland, la cual pagan con sacrificio.