“Los movimientos civiles son ese espacio donde la gente comienza a unir criterios, a establecer cierta agenda de acciones y al mismo tiempo se convierte en plataforma para los reclamos ciudadanos a los políticos”. Así define el espíritu de estas organizaciones Federico Hernández Aguilar, quien es integrante de dos de estas formaciones cívicas.
Algunas están enfocadas en la educación política, otras en el tema electoral o la idoneidad en la selección de candidatos a funcionarios de segundo grado. Lo cierto es que no menos de cinco organizaciones de amplia participación han surgido a partir de 2012, cuando salió a luz el primero de estos movimientos: Aliados por la Democracia.
A partir de este conglomerado, surgieron otros profesionales, individuos, dirigentes de gremiales, instituciones u organizaciones civiles que se unieron en grupos mayores para formar un frente común, teniendo como denominador común la ausencia de interés político y la falta de apoyo gubernamental o partidario.
Aliados por la Democracia fue primer esfuerzo en la dirección de organizar a la sociedad civil, recuerda Hernández Aguilar. “Yo creo que el fenómeno de los movimientos de la sociedad civil, que iniciaron en 2012 con Aliados por la Democracia, constituye una respuesta de la sociedad al verse inerme frente a lo que está sucediendo con los actores políticos”, explicó.
Entre las organizaciones que formaron este movimiento están la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), el Movimiento Independiente Pro Reforma Electoral (MIRE), la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), entre otras 39 organizaciones.
Sin embargo, esta cantidad crece, sostiene Hernández Aguilar, puesto que algunas instituciones como la ANEP cuentan con, al menos, otras 40 afiliadas.
En Aliados por la Democracia también participan confederaciones sindicales, movimientos de jóvenes y universidades, y otras.
Este movimiento nació, fundamentalmente, para demandar a la Asamblea Legislativa las reformas necesarias que permitan mejorar el sistema electoral y el respeto a la independencia de poderes.
Luego de la aparición de Aliados por la Democracia, nuevas voces comenzaron a sumarse a las demandas que estos comenzaron a impulsar, entre ellas el llamado Movimiento Libertad, creado y manejado por el exdirector del Instituto de Medicina Legal, José Miguel Fortín.
Este grupo integró varios profesionales, con la idea de generar esperanza y trasladar la voz de la ciudadanía ante los principales problemas del país, afirman.
“Somos un movimiento que pretende aglutinar a las fuerzas que creen en la libertad. Al final queremos regresar la esperanza a nuestra tierra, que es la que nos tiene hoy por hoy sin movernos. La esperanza que pareciera que en muchos hombres y mujeres ha venido desapareciendo”, dijo en su momento el creador del movimiento.
Crece denuncia ciudadana
Además de Aliados por la Democracia y el Movimiento Libertad han surgido otras agrupaciones en los últimos días, tras las distintas acciones desarrolladas por el Gobierno y la Asamblea Legislativa.
Fue así como surgió, en junio pasado el Movimiento Defensa Ciudadana de la Democracia (DECIDE) formado por varias instituciones y organizaciones de la sociedad civil y distintos integrantes de forma particular.
Este grupo se identificó más como un movimiento para fomentar la formación política ciudadana y para denunciar algunas acciones gubernamentales, sobre todo en materia electoral.
Asimismo, dijeron que entre sus principales metas está procurar que Estados Unidos renueve el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los salvadoreños en ese país.
A esta agrupación también pertenece la ya mencionada Aliados por la Democracia y MIRE, entre otras, tales como Despertemos, Águilas por la Democracia, SOCIO, Las Cosas por su Nombre, Asociación Juvenil Los Cedros, PRO Paz y Trabajo.
A pocos días de formarse DECIDE, otro conglomerado de organizaciones cívicas se unió para lanzar #EScorrupción, esta vez tras la aprobación en el Congreso de un paquete de tres reformas polémicas.
Entre estas enmiendas están la que le permite al Ejecutivo echar mano de $500 millones más del fondos de pensiones, la que posibilita a tránsfugas participar en los comicios de 2018 y la enmienda hecha a la Ley de Extinción de Dominio pese a la advertencia de la sociedad civil y de influyentes embajadas.
“Denunciamos que, como resultado de negociaciones oscuras, de forma inconsulta, sin debate, sin fundamentos y en contra de los intereses de la ciudadanía, los diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa del Salvador aprobaron el pasado martes 18 de julio una serie de decisiones que responden a intereses particulares y partidistas y que, si no se revierten, tendrán repercusiones nefastas en la lucha contra la corrupción”, señaló a finales de julio Claudia Umaña Araujo, presidenta de la Fundación Democracia, Transparencia y Justicia.
En este nuevo movimiento participan no menos de 25 asociaciones y organizaciones de distinto signo social, tanto del sector académico, como estudiantil y buscan combatir la corrupción.
Al momento de su lanzamiento, los integrantes de esta agrupación alentaron a la población a mantenerse alerta ante la posible aprobación de un nuevo “combo” legislativo, que incluyera la elección de los magistrados de la Corte de Cuentas de la República y la reforma al sistema de pensiones.
En este consorcio, presentado el 24 de julio, participan organizaciones como Acción Ciudadana (AC), Movimiento Democracia Limpia, DECIDE, CREO, Proyecto Cero, Sociedad Civil Organizada (SO.CI.O.), Censura Cero, entre otras.
Finalmente, la más reciente de todas estas alianzas fue lanzada el 26 de julio y se denomina Fuerza Ciudadana. Esta engloba a CREO, Es-Libre, Movimiento Libertad, 1+1 y Movimiento 300.
Esta organización, al igual que las demás, asegura que su trabajo será velar por la democracia y por la eficiencia en el gobierno.
Pero, ¿es posible la unidad entre estos grandes movimientos a futuro? Hernández Aguilar es de la idea que es cada vez más factible que estos movimientos se conviertan en una sola voz.
“Lo que se está queriendo hacer es unir a los demócratas de El Salvador”, consideró.
A juicio de Hernández, las organizaciones civiles no solo están unidas ante la falta de acciones concretas por parte del gobierno, sino ante la ausencia de una oposición que reaccione de forma efectiva a la situación política.
“Uno no ve de parte de la oposición política esfuerzos coordinados, haciendo esfuerzos reales para luchar en contra de los vicios que se han venido arrastrando”, sostuvo.
Roberto Ocampo, de Acción Ciudadana, señaló en su momento que estos esfuerzos buscan romper con la “forma conservadora y tradicional de hacer política”.