Orgullosos, de hijos suyos podernos llamar...

Construir un país del que nos sintamos orgullosos es tarea de todos. Así como construir una gran catedral en donde se necesitan miles de ladrillos para hacerlo, igual nos necesita El Salvador a todos.

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Por Elizabeth Castro

02 August 2017

Tengo aproximadamente dos años de estar pendiente de las estadísticas que me da mi fitbit: cuánto tiempo duermo, la cantidad de ejercicio que hago y hasta el funcionamiento de mi corazón. Hace poco estuve en dos eventos en un mismo día. Para mi sorpresa, en ambos entonamos el Himno Nacional.

Siempre me emociono cuando lo canto, pero gracias a mi fitbit, ese día pude comprobar que, literalmente, mi corazón comienza a latir más rápido cuando lo estoy cantando.

No me canso de decir que estoy enamorado de El Salvador. A pesar de todos los problemas sociales, económicos y políticos, no puedo imaginarme viviendo en otro país. No, solo amo a El Salvador, ver ondear la bandera me provoca un orgullo inexplicable.

Estoy convencido de que tenemos muchas razones para sentirnos orgullosos de ser salvadoreños. La principal (aunque pueda sonar a cliché) es que somos personas espectaculares. Somos personas con valores familiares muy fuertes, somos solidarios y la calidad de nuestro trabajo es reconocida a nivel mundial.

Y me preocupa que pareciera que nos hemos olvidado de todas esas cualidades que tenemos los salvadoreños. De hecho, da la impresión de que nuestra autoestima como país está casi por el suelo. Me da tristeza que la mayoría de salvadoreños estaría dispuesta a irse del país si tuviera la oportunidad de hacerlo. Y todo esto se debe, en gran parte, a la polarización política en la que vivimos. Pero no podemos permitir que los políticos, además de decidir el rumbo del país, también puedan hacernos sentir decepcionados de un país tan bello como el que tenemos.

Y es que, además de su gente, El Salvador tiene muchas más cosas buenas. Tenemos la suerte de que en un país tan pequeño podemos tener volcanes hermosos, tenemos la playa a menos de una hora de la ciudad, hay buenas olas para los surfistas, tenemos lagos, sitios arqueológicos, etc.

El Salvador tiene más cosas buenas que malas. Y también más gente buena que quiere salir adelante y sacar adelante al país. Sintámonos orgullosos de todo lo bueno que tenemos como salvadoreños. Y si hay algo que no nos gusta, comencemos nosotros mismos a cambiarlo. Comencemos desde los detalles que parecieran más insignificantes, como saludar todos los días, ceder el paso al manejar, tratar con respeto a todas las personas. El orgullo nacional no es algo que una persona va a venir a devolvernos. Eso lo construimos nosotros cada día.

Construir un país del que nos sintamos orgullosos es tarea de todos. Así como construir una gran catedral en donde se necesitan miles de ladrillos para hacerlo, igual nos necesita El Salvador a todos.

Comencemos a contar todo lo bueno que tiene nuestro país. Yo sé que como salvadoreños podemos tener diferencias ideológicas. Pero, como lo he dicho ya en ocasiones anteriores, estoy seguro de que la lista de las cosas en las que estamos de acuerdo son más que las que nos pudieran dividir. La gran mayoría queremos poder heredarles a nuestros hijos un país más seguro, con mejor educación, con más oportunidades. Entonces, hay que comenzar ya mismo a hacer algo para poder lograrlo.

*Emprendedor salvadoreño.

@aatanacio