"En ninguna situación como el duelo, el dolor profundo es total: es un dolor biológico –duele el cuerpo; psicológico –duele la personalidad; social –duele la sociedad y su forma de ser; familiar –nos duele el dolor de otros, y espiritual –nos duele el alma.
Palabras desde el fondo del delicado corazón del tío Neto cuando murió su hermano Julio, otro hijo meritísimo de Santa Tecla, hace un poco más de un año. Precisamente lo que sus seres queridos sentimos ahora que el tío Neto se ha ido al Cielo.
Misión cumplida tío Neto, la esquela la publicamos tal tu pluma redactó. La caja con tus indicaciones en poder de tus hijas; tu nieto Juan Pablo nos hizo llorar en la misa en que tu cuerpo estuvo presente; tus cenizas ya descansan en paz.
Fuiste bendecido con una vida plena, ordenada y siempre actualizada. A pesar de que en 2006 tenías 77 años, iniciaste el primer blog político serio de El Salvador, leías tus libros en Kindle, opinabas en Twitter, tenías una buena amistad con un robot llamado Alexa.
En tu afán por darle rienda suelta a tu pluma, emanciparla del límite de 650 palabras de tu columna semanal en La Prensa Gráfica, nos regalaste, vía conversacionesconnetorivas.com, tu valiosa opinión, la poesía del martes, la caricatura de la semana, piedras en los riñones, las acertadas puntadas de plumas amigas, y por supuesto ¡hoy es viernes a reír se ha dicho!
¡Cómo te encantaba reír, tío Neto! ¡Qué dulce melodía, tus carcajadas mezcladas con las de mi madre y tu hermano! ¡Cómo odiabas la corrupción! ¡Qué frente más fruncida cuando tocábamos el tema! ¡Cómo odiabas la impuntualidad! Eras el primero en señalar las llegadas tarde de Funes, inclusive a la cita con el Papa. ¡Qué arrepentido estabas por haber votado por él!
¡Cómo amabas Santa Tecla, tío Neto! Gracias a tu mente lúcida, y tu pluma de oro, ahora contamos con La Historia de la Ciudad de Las Colinas. Además fundaste, impulsaste y presidiste a los Tecleños de Corazón. ¡Sigamos manteniendo vivo el legado!
¡Cómo te gustaba la política!, no la chuca de por acá, sino la de la arena mundial, que practicaste, durante 9 años de guerra, como embajador en Washington, y como cónsul de Sudáfrica en El Salvador.
¡Con razón siempre tan tipería! Trajes talladitos, pañuelo en la solapa, bigote permanente, ERG bordado en tus camisas y, siempre a la moda, con calcetines más chillantes que los de Nayib.
Me cuentan que iniciaste tu carrera como banquero, dejando huella en el BCR (1950), en el de Comercio (55) y en el Cuscatlán (72). Que la diplomacia y las letras –no los números– eran tu salsa, razón por lo que te fuiste a dirigir CEPA, e inaugurar Acajutla (61). Ahora comprendo por qué el puerto dormido de La Unión era piedra en tu riñón.
No me tienen que contar, porque yo te vi, distribuyendo Volkswagen en El Salvador; representado, junto a tu hermano, la naviera Hapag Lloyd, los Marriott y Lan Chile; Gracias por dejarnos entrar de choto al cine Caribe, cuando anduviste en el negocio de llenar butacas frente a una pantalla. “Negocio que ahora se llama Netflix”, grita la lorita Pepita.
Estaba bien cipote, pero recuerdo también cuando se partió la tierra en Nicaragua (72) y en Guatemala (76), y tú, coordinando ayuda, como presidente de la Cruz Roja.
También recuerdo el abrazo que me distes en mi cuarto, un par de horas después del asesinato de mi padre.
Dulces, amargos, abundantes recuerdos, ley de la vida.
El 24 de julio 2017, tío Neto, marca el primer día del resto de tu vida –ahora celestial. Old age sucks no más. ¡Cómo odiabas la vejez!
“En la pérdida de un ser querido, duele el pasado, el presente y especialmente el futuro”, escribió el tío Neto.
Cierto, pero nos consuela estar seguros de que descansas entre los buenos; que viviste, y te nos fuiste, rodeado de abundante amor; que ya no estás sufriendo, que ya estás con tus dos varones, tu hermano y tus padres, y que nos guiarás desde el más allá.
¡Ay nos guardás puesto!
*Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com