Personas que promueven el aborto las hay de distintos tipos: los que han perdido esa esencia de humanidad, también los que por ideologías contaminantes se despojaron de su coherente criterio y están hundidos en una confusión paupérrima de muerte. Existen abortistas que por beneficios económicos buscan a toda costa propagar, engañar y legalizar este genocidio moderno que lamentablemente a muchas personas les es indiferente.
Estos últimos deben despertar del letargo de indiferencia ante este atroz crimen que ha cercenado la vida a generaciones enteras. Los promotores del aborto deben dejar de engañar; buscan confundir y manipular a la población con propaganda engañosa, tergiversando y alterando descaradamente casos de mujeres condenadas por homicidio. Ejemplo de ello es el caso de Evelin Beatriz Hernández.
De acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR) de El Salvador, en un comunicado publicado el 7 de julio de este año, “se estableció con suficientes pruebas pericial, documental y testimonial” que Evelin “actuó con dolo, en contra de la vida de su hijo” ya nacido. “Incluso después de ingresar con hemorragia al Hospital ‘Nuestra Señora de Fátima’ de Cojutepeque, el seis de abril del año dos mil dieciséis, y de diagnosticarle un parto vaginal intradomiciliar, negó que hubiere estado embarazada. Incluso, la mamá llevó la placenta al centro hospitalario, cuando trasladó a la incriminada para que recibiera la asistencia médica”.
El bebé, indicó el organismo de justicia, “fue encontrado ese mismo día, en el fondo de la fosa séptica de la vivienda de la incriminada”. El informe forense reveló que “el niño nació vivo y que falleció a causa de haber aspirado material fitógeno, que no es más que heces fecales. La pericia forense determinó que el bebé ya en el fondo de la fosa respiró y aspiró”.
La Fiscalía explicó que la mujer tampoco fue violada por un pandillero, como difundieron medios internacionales. Como consta en el expediente del caso, Evelin negó haber sido víctima de violencia y dijo que el bebé fue concebido con un joven con el cual mantenía una relación sentimental.
Es increíble como medios como Univisión, el cual realizó un reportaje sobre este caso y entrevistaron a lobbys abortistas y a mi persona, fueran tan parcializados que incluso el corresponsal afirmara: “Evelyn fue condenada a 30 años de prisión por abortar y matar a su hijo”. ¿Cómo puede un profesional de los medios de comunicación expresar una total incoherencia? ¿Cómo es posible abortar a un bebé y luego matarlo al nacer? Hay dos respuestas: o esta persona tiene un problema serio de discernimiento o es otro medio de comunicación que busca favorecer a los abortistas y confundir a las personas. Es indignante cómo se aprovechan de la delincuencia que vivimos a diario y afirmar que incluso fue violada por un pandillero; preparan el peor de los escenarios para que el aborto sea legalizado.
El ser humano por naturaleza está llamado a buscar verdad y bien. Todas esas personas que promueven esta aborrecible práctica deben entender que el aborto es antagónico del bien, pero alteran la verdad a conveniencia, convirtiéndola en una sarta de mentiras.
Sin embargo, pueden enrumbar su camino. Muchos lo han hecho, como Abby Johnson, exdirectora de una clínica de abortos de la cadena Planned Parenthood, y Amparo Medina, quien militó en grupos de la izquierda radical, fue guerrillera, pro aborto y exfuncionaria del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). En el presente ambas luchan incansablemente por salvar vidas humanas del aborto. Testimonios reales que comprueban que un cambio para buscar verdad y bien es posible.
*Colaborador de El Diario de Hoy.
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