Pokemon, una franquicia japonesa de Nintendo, nació en 1996 como un juego para la consola Game Boy, en el que humanos capturaban muñecos asiáticos animados.
Pero es mucho más que juegos. Desde su concepción, la franquicia ha parido, según The Economist, $ 47 billones de ganancias, en cómics, juguetes, tarjetas intercambiables, películas, derechos para publicidad y demás inventos capitalistas.
En el pasado Superbowl, Pokemon volvió a nacer con un excelente comercial, para celebrar su 20 aniversario, y calentar motores para su bombazo del pasado 16 de julio, gracias al cual el valor de la franquicia aumentó 50 %. Lechudos sus accionistas.
Lechudos, pues los geeks de Nintendo metieron ¡Gol$$$$! con Pokemon Go, una app de realidad aumentada en la pantalla de - por ahora, 100 millones de smartphones caminando por las ciudades del mundo.
A un mes desde su lanzamiento, Pokemon Go ha sobrepasado el número de usuarios de Twitter, y ha logrado más tiempo de uso que WhatsApp, Facebook, e Instagram. ¡Música para los oídos de las telefónicas!
Gracias al más reciente hit de Nintendo, los cipotes, en ciudades seguras, ya no pasan clavados en la pantalla frente al sofá. El GPS de sus teléfonos los obliga a volar pata, en busca de Picachu y demás Poke-secuaces.
En algunas ciudades, la masa de Pokeholics, clavados en su pantalla móvil, supera los tumultos de Black Friday y Navidad. Una estampida peor que la de los toros de Pamplona se activa, en las distintas “Pokestops”, cuando alguien descubre un enemigo.
Como resultado, también brindan los amigos de lo ajeno, quienes hacen su agosto gracias a la distracción de los adictos. También sangran los que se destripan la nariz con el poste; también lloran los parientes del atropellado. ¡Qué tristeza, puede más la adicción que el sentido común!
Una estampida de billete también se activa. La app se descarga de choto. Capturar Pokemons también. Pero, si querés seguir avanzando - y todo adicto quiere más, tenés que sacar la tarjeta de crédito para comprar pokemonedas y demás chivatadas.
El potencial de negocios es inmenso: Demanda por smartphones y paquetes de datos para poder jugar; atracción de masas de consumidores al convertir tu centro comercial en Pokestop; oxígeno para que la franquicia siga facturando guilindujes y, sin duda, constantes actualizaciones del juego, con la venta de nuevos trucos de la realidad aumentada.
La demanda por patrocinar Pokestops, e invadir la app con publicidad, ha sido tan robusta, que no dudo que las marcas le doblen el brazo a Nintendo. ¡Discreción por favor!
El 4 de agosto fui testigo de una locura sin igual, al presenciar el lanzamiento de Pokemon Go en una ciudad latinoamericana de 2 millones. Bienvenido a la era digital. Ni una nota al respecto en el periódico, pero las calles abarrotadas de homo sapiens clavados en su pantalla móvil. Tal psicosis SÍ fue tema de portada al día siguiente.
La semana pasada en San Salvador vi una cobertura sobre la Pokestop que activó Digicel en las Fuentes de Beethoven. Voy confirmando que el perfil del Feis cuscatleco, del hit virtual del momento, cuenta con veinte mil fans. Ahí también vi fotos de La Gran Vía convertida en Pokestop.
Cosa más grande la vida, chico. Preguntas: ¿Por qué allá se generan estampidas de Pokeholics en la plaza central, y aquí pequeñas manadas en la fuente y en el centro comercial? ¿Por qué allá se han levantado del sofá, y aquí seguimos echados?
Respuestas: Porque aquí hasta te matan por tu teléfono. Porque vivimos en un perenne toque de queda que nos encueva. Porque nuestro tráfico es endemoniado y ni siquiera aceras apropiadas tenemos. Porque, a pesar de que nuestra plaza central se llame Libertad, no podemos circular con libertad.
Aunque Cuscatlán no será dorado, te agradecemos Nintendo, pues tu Pokemon Go parece ser el trampolín que impulsará la realidad aumentada a otro nivel. Un nivel de nuevos inventos, que nos seguirán apantallando, en este maravilloso mundo digital que nos mantiene pegados a nuestro móvil. ¡Cuidado con el poste!
*Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com
Pokemanía
El 4 de agosto fui testigo de una locura sin igual, al presenciar el lanzamiento de Pokemon Go en una ciudad latinoamericana de 2 millones. Bienvenido a la era digital.
15 August 2016