LGBTI, género, homosexualidad, aborto, comunismo

El comunismo, sagazmente, encontró nuevas armas para combatir ese patrimonio cultural donde nacen los valores morales, solo que hoy con un ejército gratuito homosexual dispuesto al choque abierto.

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Por Elizabeth Castro

15 July 2017

Aunque el individuo homosexual, LGBTI: “Lesbiana-gay-bisexual-transexual-indefinido, no tenga absolutamente nada que ver con ser comunista, y no obstante ser el sistema capitalista-occidental el único régimen en el cual ha podido ejercer su libertad sexual —no pocas veces empañada por la intolerancia irrespetuosa— y aunque hasta hace poco, en muchos países comunistas lapidaban homosexuales, ahora estos grupos han sido conquistados astutamente por los mismos izquierdistas.

Veamos: Si un homosexual —que ha tenido conflictos como exclusión— es abordado por un izquierdista que lo captura ensalzándolo como “víctima” de un patrimonio cultural “opresor” (cuales son su Iglesia, familia, tradición, “casualmente” pilares de la civilización occidental, cimientos que la izquierda siempre pretendió destruir por ser frenos culturales al avance izquierdista), y se le va convenciendo, presentándole discursos ideológicos, convenientes para presentar al neocomunismo como empáticamente sensible, sirviéndole de consuelo al LGBTI, y presentándole igualmente a otros enrolados en igual situación, fácilmente encuentra en ese patrimonio “opresor”, al enemigo culpable de sus adversidades. Así, es lanzado a pelear como asociado a una causa que ni siquiera es suya, sino de la izquierda. Le dan una banderita “colorica” colocándole la imagen del Ché en su pecho, y el inexperto Sodomita, incitado a romper con su Iglesia, familia y tradición cultural, culpando a éstas de sus pesares se arroja a la batalla con un argumento que lo termina convirtiendo en ardiente activista. Ahora, el comunismo, sagazmente, encontró nuevas armas para combatir ese patrimonio cultural donde nacen los valores morales, solo que hoy con un ejército gratuito homosexual dispuesto al choque abierto.

Con sus nuevos afiliados LGBTI, la izquierda multiplica sus ilusiones anticapitalismo con culturales/antropológicas, y aunque no le conviene hablar de “libertad”, readapta esa reflexión (anteriormente contra el “imperialismo”, “los poderosos”, “los medios de producción y comunicación”) uniéndola a la de “rebelión”: “nadie se libera si no se rebela”. Así el militante LGBTI es inducido a liberarse, rebelándose contra el patrimonio cultural “religión/familia tradicional” plasmadas en los mandamientos: 1.-“Honrar padre y madre” que resalta el concepto de jerarquía natural, principalmente el de familia. 2.-“No fornicar” que defiende a la familia tradicional riñendo con la diversidad de género. 3.-“No robar”, “no codiciar bienes ajenos”, el comunismo niega la existencia de bienes ajenos al no reconocer el derecho de propiedad; 4.-“No matar”, el comunismo superó cien millones de asesinatos en el Siglo XX. Hoy promueve el genocidio del aborto.

De esta agenda denominada “Diversidad” por los LGBTI, merecen conocerse algunas de sus incoherencias:

“TRANSEXUAL”. Stephonknee Wolscht, de 46 años, abandonó a su familia en Toronto “al descubrir que era una niña de 6 años” en cuerpo de hombre. Peor, había una pareja con una hijita que quería tener una hermanita y lo adoptaron. Su propia hija mayor lo despreció y entró en depresión, siendo auxiliado por los grupos LGBTI. (Historia en YouTube).

“GÉNERO”. Caitlyn Jenner, padrastro de la notoria Kim Kardashian, es acusado por ésta de destruir tres familias al convertirse en mujer (pero “mujer lesbiana” porque dice gustarle siempre las mujeres, no los hombres). Esas familias destruidas son Kardashian-Jenner y otra anterior que formó.

“ABORTO”. Alegando “aborto” (para despenalizarlo), el grupo “LGBTI internacional/salvadoreño”, defiende hoy a la joven condenada a 30 años de cárcel por tirar vivo a una letrina a su bebé recién nacido, que según la Fiscalía se ahogó en las heces allí contenidas. Este bebé no había defecado aún, pero LGBTI lanzó cúmulo de falsedades mediáticas recogidas por medios de izquierda internacionales, dejando a El Salvador y nuestra justicia como salvajes.

Compatriotas, nuevamente apelo a sus conciencias: ¿Son estos antivalores del comunismo los que dejaremos consolidarse como naturales en nuestra patria?

*Columnista de El Diario de Hoy